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La lucha por la vida

marzo 30, 2024
«Saturno devorando a su hijo» Francisco de Goya

Coincidió que El Día mundial del Teatro, 27 de marzo, pudimos ver en escena la trilogía novelística de Pío Baroja «La lucha por la vida», en el Teatro Español, después de pasar por el Arriaga de San Sebastián.

Los aplausos fueron muy sentidos. Hacia José Ramón Fernández y Ramón Barea por la adaptación y dirección, respectivamente, y a todos los actores y equipo. Ramón Barea no solo dirige, también interpreta a Pío Baroja en escena, con excelente voz y compostura.

La producción del Teatro Arriaga consigue, fielmente, adentrarnos en la gran obra literaria, llevarnos a finales del siglo XIX en Madrid y  mantenernos expectantes todo el tiempo, que no es poco.

Los cuentos de hadas se derriten pronto en «La busca», esa primera novela de la trilogía de Baroja, donde el joven Manuel empieza la búsqueda, la búsqueda de un lugar en la vida. Por si teníamos alguna duda de lo cruento, en la ficción y en la realidad, llega después «Mala hierba». La caída vital del protagonista en los más bajos fondos y cómo allí recibe sus educaciones. Si los hombres son sus maestros, ojo a las mujeres que, especialmente en aquella época, caen por delante de ellos.

A pesar de este inicial resumen, toda la trama se trata en clave muy vital, picaresca y llena de humor, que anima a recomendar esta obra en el Teatro Español hasta el 14 de abril. Y no se preocupen por sus dos horas y media de duración porque sin duda es acertado el entreacto de quince minutos, en medio de esta segunda novela, para recobrar fuerzas.


«Aurora roja», tercera y última ficción, se pregunta cómo cambiar la situación en aquel Madrid, en aquella España, donde las miserias ahogan a la mayoría del pueblo llano. Cómo cambiar, qué se necesita para liderar una nueva sociedad sin esas terribles desigualdades e injusticias.

Ahí nos encontramos al propio Pío Baroja en el escenario, escribiendo, apuntando consignas libertarias de la calle, con la idea de llevarlas a la ficción. Lo hizo antes el propio Cervantes, en El Quijote, de forma más sutil, humanitaria y lógica. En su época el conocimiento de esos movimientos políticos revolucionarios estaba reservado a muy pocos, el anarquismo como formulación teórica y práctica surgiría siglos después. De ahí, la razón de la supuesta locura del caballero manchego.

Sigo con Baroja, escritor que se hace eco no solo de las ideas libertarias, también de los movimientos y proclamas revolucionarias de la época y lugar. Entre tantos manifiestos y dictados, en escena se abre paso una breve frase de «la Salvadora». Ella dice, si mi mente no se engaña entre los 10 actores que representan casi 100 personajes, dice más o menos: empezar por exigirse a uno mismo antes de llevar la revolución a los demás.

Cambiarnos a nosotros. Y, después de 120 años, algo cambió sin duda, al menos en la limpieza de las calles y la salubridad. Otras circunstancias no cambian tan fácilmente: especialmente el intelecto, la historia o la educación recibidas, tan propias de cada país.

Hemos contado con iniciativas como Diálogo de Civilizaciones o Alianza de Civilizaciones, que al fin no resultan más que el intento de vender un bonito y falso cuadro entre comunidades con las que estamos a años luz. Pocas veces hemos mirado a sociedades más desarrolladas intelectual y consuetudinariamente, con el simple objetivo de mejorarnos a nosotros mismos.

Quizás nos faltan las ganas para conocer y aprender cómo sus individuos se relacionan en formas más democráticas, justas e igualitarias. Sin ir más lejos, países europeos donde los responsables políticos no miran al resto de población desde lo alto (o no lo hacen de forma habitual), sino como encargados de la mejora de sus condiciones.

Una relación simple de causa y efecto: los ciudadanos eligen a sus políticos y, si fallan en sus obligaciones, si los efectos son contrarios a lo esperado, se permite una nueva elección. Y hay otras formas también. A veces el clamor de la opinión pública consigue que el propio grupo político corrija la elección de uno o dos personajes, los no válidos para asumir el poder.

Solo ocurre en los grupos de poder que funcionan con un mínimo de democracia interna. Donde impera la razón, el avance y hasta el pacto por el bien común. La lógica consecuente donde se asumen responsabilidades.

Son muchos los no válidos para estar en el poder (decía Platón que a los pocos válidos había que obligarles, a estar en el poder, porque eran los primeros que no querían).

En España habrá que ir poco a poco eliminando esos residuos tan poco ejemplares que nos han “ordenado“ desde hace tanto tiempo. Ciento veinte años de historia, donde nuestra propia mente ha tenido que asumir si prefiere estar con el poder decrépito, frente a él, o con el poder ejercido de la mejor manera posible. No será fácil, como en ningún país lo ha sido.

Decía al principio que era el día mundial del Teatro y, como cada año desde 1962, ese día después de la representación teatral se lee en el escenario el texto de un reconocido autor. Este 2024 se eligieron las palabras del último Premio Nobel de Literatura.

En redes sociales y en otros ámbitos ya hemos dicho que Fosse no nos convence por su escritura, llena de generalidades y lugares comunes. Si consiguió el Premio Nobel por cuestiones personales que hasta han sido publicadas, personalmente solo puedo reafirmarme en lo ya dicho, lo suyo no es la escritura.

El título de su texto: «El arte es paz». Podía haberlo escrito cualquier propagandista del «No a la guerra». No a ninguna de las guerras, incluidas las olvidadas (por ejemplo, las del Daesh en África). Llevamos décadas con ese eslogan y resulta deslucido repetirlo sin más. Con tantos grandes discursos al respecto, resalta más la vacuidad de Jon Fosse.

Si Pío Baroja levantara la cabeza, qué texto hubiera preparado para ese día si fuera sobre la guerra, me pregunto. Además de todo lo escrito en su trilogía «Las Saturnales» (por «Saturno devorando a su hijo», de su admirado Goya) junto a otras novelas ambientadas en la guerra civil española. ¿Qué escribiría o recordaría hoy, con las puertas abiertas a más guerras?

¿20.000 millones de Picos?

septiembre 3, 2023

La igualdad laboral de la que hablaba el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, en rueda de prensa el viernes, me hace preguntarme si Mr. Iceta es bisoño o aprovechado en el tema de la igualdad laboral entre hombres y mujeres. Especialmente en este momento del Pico y en este país. Quizás ha estado la mayor parte del tiempo en otra parte.

¿Habría que enseñarle al ministro las cifras de abusos laborales con clara vertiente sexual hacia las mujeres?

En mi caso, son pocos los trabajos donde no haya sufrido esos abusos. A mi edad, son muchos trabajos. Ya con la Constitución publicada, esa que él sigue pregonando como bálsamo de Fierabrás 45 años después.

Estamos ante uno de esos textos constitucionales que, demasiadas veces, sirven de publicidad, o de mentiras (si hablamos sin tapujos), para ocultarnos la realidad que hemos palpado bien en todos los años habidos desde su promulgación.

Un intento de encubrir lo que vivimos, tan zafio que me recuerda la frase: una mentira, mil veces repetida, se convierte en una verdad. Joseph Goebbels.

El Día del Pico, 20 de agosto, que permanece en la mente de todos y no se sabe hasta cuándo -desbancando la famosa película de 1983, «El Pico»-, ese día cada uno recordará dónde estaba cuando se transmitía el suceso en directo, internacionalmente. Yo, con una amiga y su tele. Ella lo vio y se escandalizó. Reconozco que me perdí el directo, mirando en ese momento a la Casa Real allí presente. Aunque luego lo he visto en diferido hasta la saciedad estos 15 días.

Una semana después del DíaP, ya con la mayoría de reacciones habidas y por haber en la mesa de actualidad, hablé con esta amiga. ¿Cómo no se defendió Jenni?, me espetó. De un pico habrá veces que te puedas defender pero la mayoría no, según mi pequeña experiencia, le comenté.

La agresión, en humanos y otras especies, es mayoritariamente con alevosía, no vía anuncio para que te puedas defender. No te van a preguntar ¿te doy un pico, una bofetada o puñalada?, para que te enteres antes… Se agrede al que se piensa que no se puede defender y en un momento preciso. Lo otro queda para la imaginación del rubio y similares.

Si alguien te roba algo o te ataca de alguna forma, intentará hacerlo sin aviso previo (primer curso del Manual de Delincuentes) Recuerden, por su bienestar, que ni rateros ni asaltantes, de forma previa, se les presentan y preguntan si pueden.

Mi pequeña experiencia, de la que hablaba antes, es solo de dos picos no consentidos. Uno fue de un supuesto amigo, que todavía hoy utiliza la amistad por si cae (ya me entienden). Porque algunos no se rinden, sea en pequeñas historias como la mía o en la RFEF o, todavía peor, en asesinatos y violaciones a mujeres. Un «no rendirse» que solo los menos llevan como lema hasta la muerte, de algo han valido las luchas feministas en esta parte del mundo. En todo caso, el no rendirse es una característica importante del Manual del Agresor Machista, como seguramente habrán visto en casos reales y ficcionados, como la serie sueca basada en hechos reales que recomendé en redes hace algo más de una semana: El Manipulador.

El pico del que les quiero hablar más fue el segundo, tras un programa de radio en directo. La radio era aquella emisora FM que tenía el Círculo de Bellas Artes. Que, como todo lo culturalmente excepcional en este país (se podía hablar de los percances de Luis García Montero y otros intocables ya entoces), como todo lo culturalmente excepcional acabó asesinada. Luego, se repartieron las suntuosas ganancias de la muerta. Ganancias legales, gracias a Zapatero pero, en mi opinión, no legítimas. Ni justicia ni razón había en el asesinato que las generó, tampoco las hubo en el reparto según fuentes del Círculo.

El Pico 2 fue hace 15 ó 16 años, aproximadamente. En aquel programa en concreto invité a dos personas para hablar de cultura, edición y políticas. De los dos invitados, el personaje más político y poderoso -una vez finalizado el programa en directo a las 23h, y fuera de la santa entidad cultural- decidió no despedirse con el clásico par de besos, sino con un pico asqueroso, justo antes de esconderse en su taxi.

Ese pico iba con lengua, rugosa y áspera como la de un gato. Un segundo, pero asqueroso, tanto que me dejó KO. Él es un señoro muy conocido e importante todavía, defensor de todas las causas justas y humanas que pueda haber en el mundo. Pero nada que ver con lo que tuvo que suponer para Jenni la retransmisión en directo a todo el mundo después de conseguir una copa internacional del deporte rey.

En el caso de Jenni, por suerte, tenemos la explicación dada por la ministra alemana de exteriores a su país: Como si Angela Merkel le diera un pico al capital de la selección nacional alemana tras su victoria mundial en 2014. Impensable, dice. En Alemania.

Aquella noche de mi Pico 2, al llegar a casa intenté solucionar mi caos mental. Decidí que lo mejor era actuar como si no hubiera pasado nada; al fin y al cabo seguramente nadie lo vio, o no contaba con un testigo conocido, dada la nocturnidad, la rapidez y el anonimato de la calle. Y, por supuesto, nada quería con aquel ser.

Los que dicen que un pico no es nada, pueden tener razón en muchas ocasiones. No, cuando se trata de un abuso de poder, en mi opinión y según la ley. El autor del primer pico, no tenía entonces poder que me pudiera afectar, ni lo tiene ahora. El autor del segundo pico, sí tenía poder entonces y ahora. Claro que me podía y puede afectar en el trabajo como periodista, a eso estamos más que acostumbradas.

Siguiendo el Manual del Agresor Machista, que comentaba antes, el pico no se quedó ahí. Como ya imaginarán, el señoro de izquierdas me llamó al día siguiente. Me preguntó amablemente, y muy sonriente (a saber qué hacía con las manos), qué tal estaba y qué me pareció «lo de la noche anterior»

Tenía la respuesta preparada: bien, todo bien.
Él siguió riéndose y dijo: ¿bien, todo bien? Y, con voz más cálida: ¿no pasó nada?
Fui cortante y le dije: seguimos en contacto ya sabes, para cualquier tema que sea de interés cultural. Hablamos. Un saludo.

Y ahí seguimos, año tras año ajena a los poderes que han gobernado este país desde aquella bonita Constitución. Esos que continúan preguntando sutilmente (piensa en ellos): ¿solo trabajo?

A día de hoy, no me apetece hacer públicas las propuestas sexuales de hombres poderosos y mujeres (a pesar de no ser lesbiana, todavía). Esas propuestas que, de ser aceptadas, indudablemente mejorarían la situación laboral y económica de una, como le ocurre habitualmente a muchos y muchas, en un país y en un sector donde una cama cuenta más que cualquier mérito. Y cuando sabes que no aceptar las propuestas tendrá consecuencias contrarias, negativas.

Este artículo, ¿20 millones de picos?, es producto de una pregunta. Cuántos picos de abuso de poder habrá habido en las últimas décadas, cuántos habrán aupado o cancelado a hombres y mujeres.

Aunque haya mujeres y hombres que no hayan recibido ni un solo PICOAbusoDePoder en toda su vida o hasta el momento, puede haber millones que hayan pasado por esa desagradable o fructífera experiencia, y que no quieran o no puedan escribir sobre ello.

Otra pregunta, quizás necesaria, ¿imaginan que una mujer es tan tonta como para decir sí a un pico, a priori, en plena celebración por haber llegado y ganado un mundial de fútbol, ser una campeona mundial, al lado de Casa Real y con todo el protocolo y difusión internacional?

Los escándalos que se internacionalizan con dos hashtag, como #Meetoo y #Seacabó, por un pico o cualquier otro suceso o realidad, podrían llevarnos a la reflexión, al diálogo y a la toma de medidas oportunas. Avanzar en nuestra sociedad, generalmente silenciosa y «bien hablada», es decir: hipócrita.

Avanzar sin pelos en la lengua (curiosa expresión en este ámbito de labios y besos), perseguir reformas sociales necesarias, en materia de igualdad -como en tantas otras materias-, lo que de momento está en las antípodas de nuestra sociedad. Preferimos seguir como zombies, sin mirada, sin presente ni futuro claros.

Nos salva que no vivimos en una autarquía, los escándalos cruzan fronteras. A través de ellos -la vergüenza y el daño que conllevan para la sociedad- hay una posibilidad, una posibilidad de que los avances marquen el camino.

Países y pandemias

enero 10, 2022
Foto Wikipedia

Después de más de un año viviendo en Lisboa, acostumbrándome de nuevo a Madrid y esperando que este 2022 nos permita hacer más actividades culturales. Esperanza en general y con cautela porque si algo nos faltaba a la Cultura en España era la llegada del COVID.

Es cierto que en Portugal la sanidad pública está más privatizada que en España. Solo por poner un ejemplo, si uno necesita hacerse un análisis de sangre, le puede costar la broma de 30 €, incluso cuando se lo recomienda el médico de turno de su centro de salud. Cierto también que en materia de COVID, Lisboa me ha demostrado una mayor solidaridad y organización que lo que estoy viendo por Madrid. El sistema de vacunación es por supuesto gratuito, como en todos los países, y más o menos coinciden en tiempos. Vamos a la gran diferencia a día de hoy.

Test de antígenos gratis y organizados.

En diciembre antes de volver a España, por si además del certificado de vacunación exigían una prueba de las últimas 48 o 72 horas, fui a la farmacia que tenía frente a mi vivienda en Lisboa. Allí mismo, un test de antígenos gratis solo requería mi número de usuario de la salud pública portuguesa y un correo electrónico (o móvil) donde enviarme el resultado.

Casi un mes y medio después me encuentro que en las farmacias de Madrid no solo no se hace la prueba, se analiza y se añade al currículum médico de cada uno, aquí se habla de vender los test y, todavía más, se utiliza la venta de ellos en los supermercados de Portugal Allí a 1 €, aquí no se sabe ni si llegarán, mientras en farmacias se venden hasta casi por 10€, las que lo tienen.

Curiosamente a los políticos en las comparaciones internacionales se les suelen olvidar las ventajas del otro. El país vecino empezó la venta en supermercados cuando llevaba meses con puestos para realizarse la prueba gratuitamente en distintos puntos de Lisboa: 31 de marzo de 2021.

Mientras, el virus sigue sin detenerse. En diciembre pasado se cumplieron 2 años de pandemia; de su inicio oficial, que no de su anuncio ni las medidas correspondientes. Seguramente tenemos virus para el 2023, y no sé si más allá. La gran pregunta es si por fin los políticos, atrincherados en millonarios sueldos y beneficios, y que también reparten millones entre agentes sociales para mantenerlos callados, acabarán entendiendo que estamos ante la gran catástrofe de salud pública del siglo. De momento.

Preguntas y más preguntas. Si los políticos actuales mostrarán este año menos ignorancia, y al menos algo de credibilidad. O si en 2022 no seguirán matando, vía Covid u otras enfermedades mortales mal atendidas.

Alabo la sanidad pública española pero, ¿es el COVID el caballo Troya para acostumbrarnos a la muerte, a la privatización y al copago?

Este invierno del 22, el Covid y la pobreza energética perfeccionan ese troyano, y hasta es mejorable. En los medios no deja de aparecer una antoñita la fantástica que augura un futuro “maravilloso».

En qué planeta vive, qué tiempos, qué ideología totalitaria y propagandística. Pintan bastos, y solo estamos a principios de año. Cuídense.

 

 

Gobernar sin Credibilidad

abril 27, 2020

Además de las palabras, el silencio es otra forma de engaño. Mientras en lo personal puede haber algún objetivo positivo. En lo público, callar la verdad es un atentado a nuestro derecho a la información, entre otros derechos y libertades fundamentales.

Gobiernos, como el de Portugal o Alemania, han gestionado, e informado sin silencios, sobre el Covid_19 y por tanto sus gobernados les dan suficiente credibilidad. Aquí estamos con un gobierno nacional y varios autonómicos entre silencios, con preguntas sin respuesta. Como niños a los que se echa de la conversación de mayores. Mayores, gobiernos, que reducen nuestros derechos, hasta el derecho a la propia vida.

Aborregarnos como niños no es nuevo en este país, solo que se ve más en situaciones difíciles, ahora hasta socialistas y podemitas parecen añorar la época de ordeno y mando. La ministra de defensa ayer mismo iba así contra los ciudadanos: «A veces España es un país donde todos sabemos de todo». Quizá sea que le queda grande el puesto y cuando no se tienen argumentos para su gestión recurre al menosprecio de los demás.

Seguimos. Son muchos casos, así que solo pondré algún otro de muestra. Otra ministra. La de educación. Ella se atreve a hablar incluso de comunicación gubernamental, con tan poco conocimiento que hasta dice: «No podemos aceptar que haya mensajes negativos, en definitiva falsos».

Una clase educativa gratis para la ministra: una noticia puede ser negativa y verdadera, igual que una positiva falsa. Veamos la diferencia en dos casos prácticos: España «el país con la mejor sanidad del mundo», mensaje, propaganda o noticia positiva y falsa. «España, el país con más sanitarios contagiados del mundo». Realidad más que negativa, desastrosa, y lamentablemente verdadera: 20%, frente a nuestro inmediato competidor, Italia, un 10%.

Después de 6 semanas de confinamiento y sufrimientos como los que veremos más adelante, los ciudadanos mantenemos el tipo, y a pesar de los gobiernos y su comunicaciones, o quizá precisamente por ellos. Es una necesidad ser críticos, no solo con los datos que nos dan, también con sus mensajes de propaganda.  

Como he conocido a responsables de comunicación de algunos gobiernos, sé que tienen una gran profesionalidad (algunos). Aunque no vale de nada si el jefe es un inepto. Hay ministras y ministros que siguen la comunicación populista de Trump o Putin. Ayer Trump suspendia las ruedas de prensa, aquí vamos por el mismo camino.

Los dos mencionados, como muchos otros de esta política actual donde vale más un imagen que un cerebro (imagen con billetes, se entiende), los dos dirigentes se unen, salvando sus supuestas diferencias ideológicas en un objetivo prioritario: aborregar a la población, empezando por los medios de comunicación (de ahí la pasta que se están llevando la mayoría por poner la cara sonriente, la alegría enlatada, la positividad casi religiosa)

Menos mal que no estamos en tiempos de autarquía y nos llegan noticias del exterior. Fíjense dónde coloca la Comunicación Gubernamental Bill Gates en sus 7 Tesis Para Vencer al Covid_19. Segundo lugar, sí. En España, como además de borregos, algunos dirigentes nos consideran ignorantes (nos ven como su fiel reflejo) ya llevamos una larga lista de errores y lapsus en comunicación. Situaciones de incompetencia gestora, que creen que aceptamos con un «mate al mensajero»: la comunicación.

La incertidumbre que todos sufrimos no solo viene del virus, sino más de la pésima gestión y comunicación. La ministra de defensa, de nuevo: Dice que llora (cuando llega a casa), como si ahí se confesara y lavara sus pecados. De casa a casa. Debería ponerse en contacto con los muertos en domicilios que, solo en Madrid, lleva contados Policía Nacional: hasta 70 muertos al día en sus casas, a la espera de salir a la luz, a la espera de que se hable con los familiares que sí debieron de llorar, mucho. Algunos velaron sus cadáveres en casa durante días.

Muertes ocultadas, no contadas, despreciadas como la mayoría en Madrid. Y sólo ahora, gracias a una fuente anónima de Policía Nacional, se nos informa de lo terrible de la situación.

Aquí y en el resto del país, lo importante sigue siendo mantener el poder político, no las vidas, ni siquiera las vidas de los que nos cuidan. Tiene que salir un enfermero de un hospital madrileño a contarnos que luchemos por ellos. Después de más de 35000 sanitarios contagiados y una querella ante el Tribunal Supremo, nuestros sanitarios sin respuesta gubernamental han decidido tomarse la comunicación por sus manos.  

La idea de comunicación de este gobierno se estudiará en universidades: manipulación, bulos, aborregamiento y no sé cuantos errores más. Hay que estudiarlo, si es que la Universidad no está a la altura de nuestra Política. El título: Propaganda versus Información. Ya comentaba algo en Comedias y Tragedias hace un mes.

¿Y la cultura? me preguntan algunos. Si de política gubernamental y de vidas estamos tan mal, a la Cultura no se la espera en España. Fue una de las primeras muertes, ya estaba enferma desde hace años, hasta el punto que en noviembre le dedicamos un programa: Cultura Oficial Española.

La Pandemia solo hace empeorarlo todo. Y aunque el virus se contenga, la ineficacia comunicativa creo que irá a más. En un mes, quién sabe, ¿un robot contestando a los periodistas?, ¿periodistas robots? Ahí sí pueden aducir fallos técnicos.

Como la comunicación gubernamental es tan pésima, nos preguntamos unos a otros. Hace poco una amiga me pedía, ante la falta de credibilidad reinante, que mirara en mi bolita de cristal. Sí, cree que tengo capacidad de prever; será por la falta de previsión que sufrimos. Y nos fuimos al más allá. Y le dije que imaginaba una estampida, lo normal cuando a los borreguitos los tienes demasiado atados:  saltar la cerca. En fin, he copiado un poco a Bill Gates, espero que ella no se entere.

Y hay algo que no consigo ver todavía, por si tienen respuesta: cuándo romperemos la cerca. Cuándo las mentiras, el hambre, la necesidad o la rabia nos harán salir a la calle. ¿Cuestión de tiempo? Entre tanto, como seguirán intentando silenciar y manipular nuestros derechos y libertades, seguiremos hablando entre nosotros. De la misma forma que nos cuidamos entre nosotros.

Salud y valor.

Calderón Cadáver

julio 25, 2015

El Cadáver de Calderón, representadoTerminamos la 11ª Temporada con más sobresaltos que celebraciones. Así va el periodismo cultural en este país. De periodismo en general no hablamos, ya conocemos las tercermundistas condiciones en que trabajamos los freelance, sea en Siria o en España. Sí publicaremos sobre ello en septiembre, en un artículo ya redactado sobre el anti-periodismo de «versión original«; las eternas ínfulas del poder por controlar la información, que sólo su versión sea original, que no existen otras fuentes porque nos encontramos en presencial del Absoluto. También hablaremos de cómo gusta al Poder rodearse de intelectuales, creadores o escritores. O mejor autores, porque como dice José Elgarresta en «Cutrelandia. La república de las letras«: el escritor quiere trascender, mientras el autor busca el peculio en esta vida mortal (mejor vayan a la página 14, que esto es resumido).

Acompañada de las olas de calor que recorren Hispania, creo que es más conveniente de momento hablarles sólo de escritores. Ya llegará el hedor y chirriar de cadenas en el inicio del nuevo curso. De momento intentemos usar la literatura – y la cultura en general- para el bien de la humanidad y no para el enriquecimiento de unos pocos.

El 21 de agosto se estrena en España la película Mr. Holmes, dirigida por Bill Condon, basada en la novela homónima de Mitch Cullin. Interesante no sólo por el logrado personaje de Conan Doyle sino porque el libro y la película van más allá; es Sherlock Holmes el que escribe, el personaje se convierte en el escritor, o al menos quiere serlo en su epitafio.

La imagen del detective impacta, resulta original y creíble. Por su puesto, va por delante la maestría anglosajona a la hora de recrear personajes históricos, reales o ficticios, y aunque el director sea estadounidense (o por eso mismo que el imperio llega hasta allí). Recreación que echamos en falta en producciones propias, lamentablemente, como en el «biopic» de Juan Ramón Jiménez, «La luz con el tiempo dentro» que vimos hace unos meses. Comentábamos entonces que la película cumple el objetivo de animar a la lectura del Nobel, pero cinematográficamente falta de todo, desde guión hasta realización, o actuación. Sin duda pocos la vieron además por su falta de distribución comercial.

Además de escritores que el cine no ha podido mostrarnos como debe, hay películas donde los escritores son de cartón piedra, no humanos. Quizá eso quería reflejar Win Wenders – que todos estamos perdiendo humanidad- en la recién estrenada «Todo saldrá bien«. La historia de un novelista que más parece un psicópata (ya saben esa manía de relacionar el arte con estados alterados de la psicología), y al que acompañan figuras no menos extrañas como el personaje de Charlotte Gainsbourg, la madre que pierde a un hijo y reacciona con la misma frialdad que el escritor asesino (y no les desvelo nada, éste es el inicio de la peli).

Me hizo pensar en otra película que recientemente se proyectó en el Ciclo de Cine Serbio del Ateneo de Madrid, La Trampa (accesible en YouTube y basada en la novela homónima de Nenad Teofilović), donde sólo la idea de perder a un hijo puede tener terribles consecuencias, donde la frialdad de nuestra época (también reflejada) no puede con la maltratada raíz humana, ¿ o sí?

Todavía más compleja si cabe me ha parecido la obra de teatro que da título a este artículo, Calderón cadáver, que empieza como si fuera una revisión poco interesante del gran autor barroco. Quizá es lo que quiere transmitir la escenografía inicial y la actuación previa de los personajes: simples dualidades de imagen y géneros:

Calderón Cadáver inicio

Inicio de «Calderón Cadáver», en Nave 73. Madrid

Así era también la obra de Calderón, las fuerzas antagónicas del bien y el mal siempre en guerra. La obra- y hasta los personajes- se revelan y rebelan poco a poco, mostrándonos no sólo la grandeza del primer escritor (como siempre, más reconocido y entendido fuera que dentro) sino la de los otros 8 que crean el libreto de esta obra. Lamentablemente, la exhibición teatral en España es tan parca que sólo se pudo ver unos días en Madrid. Vamos a estar atentos a que vuelva, o al menos, hacernos con el texto teatral si es posible, que nos pareció impecable y muy bien actuado.

Esta obra consigue que el Cadáver de Calderón esté todavía muy vivo, evidentemente nunca murieron sus creaciones. Y, dado que Presidencia de Gobierno nos invita este lunes a la primera reunión de la Comisión Nacional para el aniversario mortuorio de Cervantes (1616), recomendamos vivamente a sus miembros que se ocupen de revivir el cadáver de Miguel – al estilo de este Calderón- con la grandeza intelectual de su obra, y no de sus huesos.

El último abrazo *

marzo 27, 2015

Cartas encontradasEl importante testimonio de vidas quebradas, no terminadas, tras las guerras.

Nominado a los Premios Goya 2015, el Documental El último abrazo (29 minutos), del español Sergi Pitarch, reconstruye una historia real para crear un bello paradigma de las vidas quebradas, mutiladas, durante las guerras y después de ellas. Esas vidas que pueden finalmente subsistir, con dignidad, para dejarnos un importante legado lleno de esperanza.

Todo comienza en una subasta nocturna: el Director y Guionista del Documental compra fortuitamente un viejo bolso por 1€ y, entre otros documentos, encuentra en él dos cartas que informan de un inminente suicidio.

Ambas cartas están fechadas en la España de 1946 que, tras la Guerra Civil (1936-1939), vive los duros años de la posguerra, la represión y el hambre. En el marco de una Europa todavía convulsa tras la II Guerra Mundial.

Circunstancias históricas que rodean esta película documental con profundas raíces europeas e internacionales, que iremos conociendo por las cartas, firmadas con un solo nombre: Mariano, y una breve despedida «El último abrazo».

¿Por qué las cartas no se enviaron y aparecen casi 70 años después en un viejo bolso en sus sobres cerrados? ¿Se suicidó Mariano finalmente? Estas preguntas son las bases argumentales del Documental, en el que el propio Director se transforma en épico Investigador para informarnos de sus descubrimientos, primero en España, a través de los destinatarios de las misivas.

Sergi Pitarch procede a una reconstrucción vital técnicamente observacional, que se sirve no sólo de los legados escritos y los testimonios de personas relacionadas con la vida de Mariano, también incorpora imágenes auténticas de la posguerra española, u opiniones de expertos como un perito calígrafo, un historiador, un psicólogo, un librero, o una historiadora del diseño.

Tras numerosas pesquisas, finalmente el autor de la cartas es identificado. Se trata de Mariano Rawicz (1908-1974), uno de los diseñadores gráficos más interesantes del siglo XX, un polaco que, tras formarse en Europa, llega a España con importantes innovaciones, aplicadas con éxito en  revistas, portadas de libros y carteles publicitarios

Durante la Guerra Civil, Rawicz trabaja para el Ministerio de la Propaganda de la República, que le otorgará en reconocimiento la nacionalidad Española. Al perder la guerra este bando en el 39, es detenido, despojado de la nacionalidad y condenado a Cadena Perpetua, lo cual provocará además el suicidio de su mujer.

Y también en prisión pierde prácticamente al resto de su familia, en campos de concentración de la Alemania nazi de la II Guerra Mundial. Él se salva finalmente de la cadena perpetua y es liberado en la primavera de 1946.

Tras siete años de prisión se encuentra una España trágicamente distinta; la vida en colores ha pasado al blanco y negro, o «marrón empastado» como recuerda el Documental. Su situación personal es difícil, social, profesionalmente, y sin familia y apenas amigos. En junio, tan sólo tres meses después de su liberación, escribe las cartas que ya conocemos, sin esperanza, determinado al suicidio:

«… han muerto millones de hombres que valían muchísimo. No se pierde nada cuando muere un hombre tan insignificante como yo«.

El hombre que escribe, y llega a definirse a sí mismo como inútil, no piensa en el legado profesional y humano que ha dejado y dejará en todos aquellos que lo conocieron, legado que llega también a los que visionamos «El último abrazo». Como tantos otros de indudable valor a los que las guerras y posguerras silenciaron, Mariano podía haber caído en el olvido.

Sin embargo, el hombre sensible que llegó a ver la muerte como única liberación para superar lo vivido, consiguió salvarse. En las cartas, antes de «el último abrazo, pedía un sólo favor: comunicar su suicidio a la joven Lolita, para que lo olvide cuanto antes. Esta  mujer fue la que sospechó y evitó su muerte, sin saber si quiera que estaba ya escrita. Con ella Mariano iniciará una nueva vida en Latinoamérica, como tantos otros exiliados españoles y europeos, lejos de las posguerras y de la vieja Europa.

Comienza su nueva vida en Santiago de Chile, de nuevo el aprecio profesional, amigos y familia. Ésta es sin duda la parte más emotiva y poética de la cinta. Junto a otros testimonios chilenos, su única hija, Virginia, recuerda la figura de un hombre querido, que disfrutó finalmente de una vida tranquila, feliz, lejos del horror. Cuando Virginia recibe conmovida las cartas que anunciaban el suicidio de su padre, sentimos, como dice Sergi Pitarch, que todos nosotros somos también sus destinatarios, casi 70 años después. Sin duda más esperanzados por un final feliz, con el dulce sabor de la canción final: «ese último abrazo que nunca llegaste a dar».

(*) Publicado previamente en Aljazeera Documentary Film Festival, en Árabe e Inglés.