El último abrazo *

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Cartas encontradasEl importante testimonio de vidas quebradas, no terminadas, tras las guerras.

Nominado a los Premios Goya 2015, el Documental El último abrazo (29 minutos), del español Sergi Pitarch, reconstruye una historia real para crear un bello paradigma de las vidas quebradas, mutiladas, durante las guerras y después de ellas. Esas vidas que pueden finalmente subsistir, con dignidad, para dejarnos un importante legado lleno de esperanza.

Todo comienza en una subasta nocturna: el Director y Guionista del Documental compra fortuitamente un viejo bolso por 1€ y, entre otros documentos, encuentra en él dos cartas que informan de un inminente suicidio.

Ambas cartas están fechadas en la España de 1946 que, tras la Guerra Civil (1936-1939), vive los duros años de la posguerra, la represión y el hambre. En el marco de una Europa todavía convulsa tras la II Guerra Mundial.

Circunstancias históricas que rodean esta película documental con profundas raíces europeas e internacionales, que iremos conociendo por las cartas, firmadas con un solo nombre: Mariano, y una breve despedida «El último abrazo».

¿Por qué las cartas no se enviaron y aparecen casi 70 años después en un viejo bolso en sus sobres cerrados? ¿Se suicidó Mariano finalmente? Estas preguntas son las bases argumentales del Documental, en el que el propio Director se transforma en épico Investigador para informarnos de sus descubrimientos, primero en España, a través de los destinatarios de las misivas.

Sergi Pitarch procede a una reconstrucción vital técnicamente observacional, que se sirve no sólo de los legados escritos y los testimonios de personas relacionadas con la vida de Mariano, también incorpora imágenes auténticas de la posguerra española, u opiniones de expertos como un perito calígrafo, un historiador, un psicólogo, un librero, o una historiadora del diseño.

Tras numerosas pesquisas, finalmente el autor de la cartas es identificado. Se trata de Mariano Rawicz (1908-1974), uno de los diseñadores gráficos más interesantes del siglo XX, un polaco que, tras formarse en Europa, llega a España con importantes innovaciones, aplicadas con éxito en  revistas, portadas de libros y carteles publicitarios

Durante la Guerra Civil, Rawicz trabaja para el Ministerio de la Propaganda de la República, que le otorgará en reconocimiento la nacionalidad Española. Al perder la guerra este bando en el 39, es detenido, despojado de la nacionalidad y condenado a Cadena Perpetua, lo cual provocará además el suicidio de su mujer.

Y también en prisión pierde prácticamente al resto de su familia, en campos de concentración de la Alemania nazi de la II Guerra Mundial. Él se salva finalmente de la cadena perpetua y es liberado en la primavera de 1946.

Tras siete años de prisión se encuentra una España trágicamente distinta; la vida en colores ha pasado al blanco y negro, o «marrón empastado» como recuerda el Documental. Su situación personal es difícil, social, profesionalmente, y sin familia y apenas amigos. En junio, tan sólo tres meses después de su liberación, escribe las cartas que ya conocemos, sin esperanza, determinado al suicidio:

«… han muerto millones de hombres que valían muchísimo. No se pierde nada cuando muere un hombre tan insignificante como yo«.

El hombre que escribe, y llega a definirse a sí mismo como inútil, no piensa en el legado profesional y humano que ha dejado y dejará en todos aquellos que lo conocieron, legado que llega también a los que visionamos «El último abrazo». Como tantos otros de indudable valor a los que las guerras y posguerras silenciaron, Mariano podía haber caído en el olvido.

Sin embargo, el hombre sensible que llegó a ver la muerte como única liberación para superar lo vivido, consiguió salvarse. En las cartas, antes de «el último abrazo, pedía un sólo favor: comunicar su suicidio a la joven Lolita, para que lo olvide cuanto antes. Esta  mujer fue la que sospechó y evitó su muerte, sin saber si quiera que estaba ya escrita. Con ella Mariano iniciará una nueva vida en Latinoamérica, como tantos otros exiliados españoles y europeos, lejos de las posguerras y de la vieja Europa.

Comienza su nueva vida en Santiago de Chile, de nuevo el aprecio profesional, amigos y familia. Ésta es sin duda la parte más emotiva y poética de la cinta. Junto a otros testimonios chilenos, su única hija, Virginia, recuerda la figura de un hombre querido, que disfrutó finalmente de una vida tranquila, feliz, lejos del horror. Cuando Virginia recibe conmovida las cartas que anunciaban el suicidio de su padre, sentimos, como dice Sergi Pitarch, que todos nosotros somos también sus destinatarios, casi 70 años después. Sin duda más esperanzados por un final feliz, con el dulce sabor de la canción final: «ese último abrazo que nunca llegaste a dar».

(*) Publicado previamente en Aljazeera Documentary Film Festival, en Árabe e Inglés.

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3 respuestas to “El último abrazo *”

  1. Ushuaia, la cárcel del fin del mundo (*) | El blog del Planeta Says:

    […] El último abrazo […]

  2. Mariano Rawicz – Cada día un fotógrafo Says:

    […] El último abrazo en elplanetadeloslibros [1f], […]

  3. La Mirada del Silencio. II Parte del Genocidio Indonesio (*) | El blog del Planeta Says:

    […] El último abrazo […]

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