Posts Tagged ‘Ngugi wa Thiong’o’

Colapso Humano

octubre 28, 2019

Imagen de «Autorretrato». Réplika Teatro.

Este mes de Octubre ha sido intenso culturalmente, y a veces parecía que íbamos a colapsar aquí mismo, en El Planeta de los Libros, pero no; hacemos lo que podemos, un grano de trigo que diría Ngũgĩ wa Thiong’o y, en aquello en lo que no podemos intervenir, seguimos la máxima: la realidad acontece. Esta vez no pudo ser el Nobel de Literatura para el maestro u otros maestros y maestras, sí disfrutamos de la nueva Nobel polaca, Olga Tokarczuk, en sus libros y hasta en una película: «El rastro».

Sin entrar en profundidades filosóficas, o no tanto como para que no lleguemos a entendernos, acontecen realidades muy diferentes en este planeta, esos muchos centros de los que nos hablaba el keniano. Y creo que es más lógico observar la realidad desde todos los centros posibles: cuantos más centros mejor, cuanto más desconocidos sean los centros más enriquecedores pueden ser.

Empezamos la 16ª Temporada hablando con Casa Sefarad en Madrid; la cultura judía estuvo en nuestro país al menos XV siglos (en el mundo más, claro) pero ha sido objeto de celos y leyendas negras hasta la saciedad. Como nos dijo Esther Bendahan, su Directora Cultural, la primera vez que se utilizó el término de Soah fue en 1492, cuando fueron expulsados de España. Ahora, unos 140 000 descendientes sefardíes han solicitado nuestra nacionalidad y, además de que su retorno acabe en los libros de Historia, también podemos incorporarlo a nuestra esencia mestiza evitando estereotipos, con conocimiento como reivindicaba en el programa.

De la segunda Soah, del terrible Holocausto de la II Guerra Mundial, apenas conocemos en España, apenas vimos, oímos o leímos. La ignorancia propia y ajena duele. Como duele conocer todo lo que sufren los humanos y desconocemos hasta que nos enteramos. Entre otros trabajos a la par que El Planeta de los Libros, corregí una traducción al español del documental Fotoamator (El Fotógrafo). Leer que oleadas de niños y niñas murieron en crematorios solo por haber nacido judíos, cómo no va a doler. Igual que la imagen (leída, vista en la imaginación) de una cama: una madre muerta abrazando a dos niños, uno de ellos también muerto. La cama se mueve, «era un mar de piojos».

En 2012 ya hablamos del polaco Janusz Korczak, como él mismo, ya entonces defensor de los Derechos del Niño, acompañó a todo un orfanato judío al crematorio. No le importó su propia muerte si con ello podía aliviar la de los pequeños. Más horror sobre el horror, y lo que nos queda por conocer; quizá la única forma de ser humanos.

Hubo otras muchas realidades este mes de Octubre. Por ejemplo, que la directora general del Libro y Fomento de la Lectura, Olvido García Valdés, dimitió pocos días antes de LIBER y ante las próximas Elecciones Generales. Los lobbies cada vez se hacen más fuertes, no sólo los políticos sino también los económicos. Y, como siempre, querer que evolucionen en lugar de involucionar (o que se mantengan como están; que es otra forma de involucionar, más suave), apostar por el sentido común hace que finalmente te teman y te muestren la puerta de salida. Como dijimos en las Redes: Gracias por intentarlo, Olvido. Habrá que seguir en ello.

En octubre, otros dos acontecimientos, con pocos días de diferencia. Ecologistas en Acción nos lleva en una gira madrileña de conciencia ecológica por lugares tan apestosos como los tanques de almacenamiento de petróleo de CLH en Villaverde. Nos entrega un informe, positivo: cómo evitar el Colapso Climático. También vimos el primer proyecto de vivienda sostenible en Madrid; una cooperativa de personas que se esforzó en comprar suelo en la zona sur; sin ayuda del anterior gobierno municipal, más interesado en la Operación Chamartín, al contrario que en Barcelona donde sí apoyan estas iniciativas. Ya están edificando. Aquí la foto a principios de mes.

ENTREPATIOS_LAS CAROLINAS

 

Pocos días después, fui a Réplika Teatro, a ver Autorretrato: basado en el texto «La Estrella», de Helmut Kajzar, adaptado y dirigido por Jaroslaw Bielski. Toda la sala se puso en pie al terminar. ¿Fue el texto, la interpretación de Socorro Anadón, o todo el conjunto? Volverá en el 2020 para los que quieran vivir la experiencia.

Pensaba empezar la Temporada con el Colapso Climático y me encontré con lo que todos sabemos: que su raíz está en el Colapso Humano. Así que, a riesgo de que los invitados me contradijeran (que no sería la primera vez), titulé el segundo programa de la temporada: «Autorretrato. Colapso Humano».

Un Colapso Humano que fue una nueva llamada de alerta. Además, hay tantos tipos de colapso, más allá de los personales: sociales, económicos, culturales, políticos, mediáticos y hasta de género. Debiéramos estudiarlos más, o al menos hablar de ellos. ¿Por qué atacamos tanto al Planeta, por qué atacamos a la Educación y a la Cultura? ¿Así somos de irracionales? Quizá Unamuno se quedó corto en aquel artículo de prensa «Irresponsabilidades» (uno de los que le llevó al destierro): la irresponsabilidad parece extenderse, y sin fronteras.

Desde EEUU a Chile, desde Hong Kong al Brexit, Culiacán o Cataluña: la irracionalidad y la irresponsabilidad están en alza. Por no mencionar la Unión Europea u otras Instituciones Internacionales. El colapso de lo humano se está produciendo y, en las últimas décadas, va a más. Los poderes cada vez más alejados de los seres humanos, y estos, y sobre todo los que vienen detrás cada vez agradeciéndolo menos; ya empezaron a demostrarlo. No parecen suficientes los avisos.

Aún así, ¿seguimos apostando por la Evolución de lo Humano? Seguimos. Mientras todos nos lo permitamos.

Menos Madrid

May 22, 2019

Feria del Libro de Madrid 2019

Las Fiestas de San Isidro no han dejado espacio para escuchar cuestiones importantes, como ha sido la queja de la reciente Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Madrid, resumida en menos visitas, menos ventas. Asistimos impasibles a un Menos Madrid en general, gracias a los últimos cuatro años de gobierno, sobre todo en cultura y comunicación: versiones originales, radios o revistas con las que el municipio ha intentado vestir sus desnudeces, y así pueden seguir otros cuatro años.

Un amigo extranjero me dijo hace poco: «Madrid es un pueblo». Acaba de volver de Barcelona y me confesaba que no entendía como nadie hablaba del desastre económico de allí; le comenté que en todo el país se aparenta siempre justo lo que no se es, y si es necesario hasta la hecatombe. Finalmente me daba un consejo: «una vez que aceptas que Madrid es un pueblo, puedes sobrevivir«.

Pensaba en esta frase y no paraba de preguntarme, ¿por qué tenemos que aceptar que Madrid es un pueblo, en 2019? Si la propaganda oficial es que somos la capital, si desde fuera se espera que lo seamos; si ese es el imaginario incluso, aunque nos lo creamos a costa de despojar al resto de ciudades de su reconocimiento, o de despoblar todo lo que no sea Madrid y alguna que otra gran ciudad, ¿cómo vamos a vivir realmente aquí, como sobrevivir y tener la cabeza en su sitio?

Quizá toda España es un pueblo y Madrid es solo su mayor espejo. En Barcelona se quejan de que la Cultura sea una consellería menor. En Madrid ni Concejala casi durante cuatro años, y que respondieran del área menos.

Parece que es el momento de «Desplazar el centro« como titulamos el último programa, con el escritor y pensador africano Ngũgĩ wa Thiong’o. Ese es el título de uno de sus mejores ensayos y, a la pregunta de si no sería mejor terminar con el centro que desplazarlo, sabiamente contestaba que había que crear muchos centros, cada uno su centro del planeta y nadie más centro que el otro.

Acabar con los «excesivos» centros, que no solo hacen que ahora el Premio Nobel de Literatura sea reconocido más como machista, elitista y blanco, que por su valía; también los excesos crean imágenes falsas: Europa, el centro del mundo. Lo decía Ngũgĩ y, curiosamente, después de comentar el saqueo europeo a su continente, también ahora tras las independencias. Quizá es una peculiaridad de los que se creen el Centro, barra libre para el saqueo.

Este escritor al que le deseamos ser el tercer nobel del programa de radio, se declara feminista y socialista. A sus 81 años, no había estado nunca en Madrid, más allá de camino de un sitio a otro. En Barcelona sí había sido invitado varias veces, como esta misma. Madrid no es siquiera el centro de España, aunque su propagandístico  CentroCentro Cibeles lo repita constantemente. Es lo que ocurre con el lema de la alcaldable, no deja de repetir Más y Más cuando la realidad es Menos y Menos.

Instituciones públicas y dinero público han servido a grupos de amigos, intereses económicos y culturales varios; aunque el propio PSOE en el Ayuntamiento ha hecho alguna crítica, especialmente por contrataciones poco transparentes, cuando no corruptas o ajenas a la ley. De poco ha servido, Madrid empobrece cada día más a sus vecinos, hasta acabar con la convivencia mínima necesaria; por razones no sólo económicas, cada vez más madrileños se ven obligados a vivir en pueblos o ciudades alrededor y, temiéndome que en 4 años esto ande peor, tendré que hacer varias visitas.

Después de las elecciones municipales, llega la Feria del Libro de Madrid, que este año ha sido demandada, como comentamos en el programa del 4 de febrero. Era lógico que la apertura de un evento público como este no ajeno a la polémica tuviera que esperar después de las votaciones. Me dicen que la responsable del libro en el Ayuntamiento se marchó ya. Cuatro años han sido demasiado incluso con las mejores intenciones. Ngũgĩ, en uno de sus ensayos, dice que la imposición cultural es peor que la de cualquier otro tipo, incluida la militar.

No sólo han sido las polémicas de la Feria del Libro del Retiro o la Feria del Paseo de Recoletos, otros frentes siguen sin resolver como la situación de la Cuesta de Moyano. Mientras, el ayuntamiento se ha dedicado a campañas de escasa repercusión, como dar a cada recién nacido un librito de Gato o Gata. Me comentaban hace más de un año en una librería que no era apropiado para bebés, que allí las cajas se apilaban y nadie se acercaba a pedirlo. Una iniciativa más sin control que hemos pagado todos.

No ninguneen nuestras lecturas

octubre 9, 2017

Abrimos la 14ª Temporada con «Lectura radical de la Constitución«, un programa con el jurista Fernando Oliván, a partir de su libro «Para una lectura radical de la Constitución de 1978«.

Varios oyentes me dicen tras escucharle que no les parece una lectura tan «radical» sobre la Carta Magna. Les recomiendo el libro, sin duda más radical que la entrevista. Oliván mismo aclara cuando hablamos que se refiere a una lectura de raíz, profunda. Un trabajo mucho más valioso que cualquier acto de violencia al que suele unirse el término. Todavía en su escrito dice más: «La lectura radical se opone, así, a esa lectura mojigata que pretende ningunear al ciudadano«.

Esa frase cobra vida en mi cerebro: hay lecturas mojigatas que, no sólo pretenden ningunearnos, lo consiguen. Más allá de los malos best sellers o de autores famosos que se rifan las Editoriales, nos ningunean incluso supuestos grandes Premios nacionales, como el último de la Crítica en España que el propio Rajoy recomienda y que ya ha vendido sus derechos audiovisuales, para que los no lectores lo asimilen en sus pantallas; o Premios internacionales, como el reciente Nobel de Literatura, con el que los 18 suecos quieren lavar las críticas recibidas por el espectáculo Dylan el año pasado.

Poco se ha leído a Kazuo Ishiguru en nuestro país, empezando por mí. Le leo estos días. También me encuentro con el resto de su obra: audiovisual, compositor de canciones, etc. Tiene bastantes premios y distinciones, incluida la Orden del Imperio Británico. Veo alguna novela adaptada al cine: «Nunca me abandones«, la distopía que escribió hace 12 años. Las comparaciones son odiosas pero a veces necesarias. Mientras Margaret Atwood escribía hace 32 años sobre los vientres alquilados para ricos: «El cuento de la Criada«, donde desde la Literatura y la vida adulta abordaba la utilización futura – como histórica- del cuerpo de las mujeres (por no hablar de su mente); Ishiguru 20 años después fabrica granjas de niños para producir órganos, recreándose en la edad de la inocencia.

Es importante seguir recreando mundos, pero para mejorar los ya creados; si no es así estamos ante la mera producción bibliográfica de «novedades». El británico sabe escribir: empezó haciendo guiones para series de TV, luego llegaría el éxito de sus libros y películas. Pero, no dejo de pensar: ¿ningunean de nuevo mis lecturas?, ¿por qué este escritor y no otro? En las apuestas había de todo como siempre, incluso el keniata que sufrió en carne propia el colonialismo británico: Ngugi wa Thiong’o, por el que apostaba ya públicamente el año pasado y que pronto cumplirá 80 años.

Saben que los grandes escritores no son políticamente correctos, no se amoldan al poder, sólo sobreviven a él y eso se le nota, en la vida y en la inmortalidad de su obra (salvando excepciones como siempre). Se le notó a Juan Goytisolo, toda su vida, y cuando recibió el Cervantes (lean su discurso), se le notó al Nobel de Literatura de 1964, Jean-Paul Sartre, que no quiso recoger el premio. Y tantos y tantos otros. Y muchos más que vivieron y murieron sin premios; pobres por no vender su dignidad, aunque acabasen utilizados como mascotas del Poder: «Cervantes y la libertad de expresión«. Frente a la integridad de estos escritores, la élite de la industria del libro o de la cultura, los utiliza para tener cuentas millonarias que inocentes lectores se encargan de abultar.

En estos tiempos de crítica positiva, delicada, o sencillamente autocensurada (elijan el término que prefieran) se nos olvidan los «daños colaterales». Lo que los escritores (y también periodistas) deberían hacer y no hacen, porque llevan tiempo sin hacerlo y gracias a ello no son si quiera criticados sino que reciben premios, distinciones; dinero y poder al fin. El empobrecimiento es sólo para la ciudadanía, ese «daño colateral» continuamente ninguneado.

Recordaba en este primer programa de Temporada que, frente a la participación ciudadana, el poder siempre tiende a concentrarse. Hablábamos de la aplicación de la Constitución y, lo cierto, es que podríamos haber hablado de otros muchos libros, de esa industria editorial que en España presiden dos grandes grupos, con sus correspondientes poderes mediáticos, políticos y económicos que mantienen no sólo la hegemonía sino además el silencio cómplice en los diferentes sectores.

Una lectura no mojigata de los libros en España, o al menos de la obra de algunos de los más famosos escritores, nos llevaría a ver cómo apuntalan imperios y reinos, cómo ningunean las lecturas de todo el planeta. A los ciudadanos no nos hace falta imaginar una granja de jóvenes para tener órganos frescos, ya sabemos que se toman de sociedades esquilmadas o, más cerca, de los desfavorecidos económicamente.

Para valorar el arte literario del flamante Nobel, les dejo un adelanto de «El gigante enterrado», su última obra publicada en España. Ustedes son en definitiva los jueces, los dueños de su propio criterio literario. Ahí sí pueden comparar, así que les dejo un posible texto para ello: «País de Nieve» de Yasunari Kawabata, primera obra del primer Nobel nacido en Japón. Empezó a escribirla en 1935 y entiendo que estará libre de derechos de autor, si no es así no se preocupen: está en bibliotecas y el ejemplar que ilustra el artículo me costó 1€ en el Rastro madrileño.

«Ciudadanos del mundo, ¡uníos!», recordaba Fernando Oliván en el libro. Una ciudadanía planetaria, unida y en paz, que requiere que no ninguneen lo que leemos o escuchamos. En la Historia no sólo ha habido progresos (muchas veces para unos pocos o, como mucho, un tercio del planeta), también ha habido retrocesos, y nos hemos dado cuenta demasiado tarde. Que los retrocesos a los que asistimos hoy no continúen por más tiempo. Hasta el próximo jueves, después de la festividad del día 12, como siempre: que sean muy felices.

Comunicación en Derechos Humanos

octubre 16, 2016
Taller Comunicación DDHH

Taller Comunicación DDHH_URJC

Como indica el cartel, vamos a impartir un Taller de Comunicación en Derechos Humanos (DDHH) en la Universidad Rey Juan Carlos, la Vicedecana de Calidad y Unidades Docentes Delegadas de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Sonia Valle de Frutos, y una servidora, gracias al apoyo del Departamento de DDHH de esta Universidad Pública. El resto de entidades colaboradoras nos ayudarán con información, experiencia y logística, según les iremos contando. Por ejemplo, está prevista una entrega final de Diplomas y Premios, los últimos días de Febrero, si no hay cambio de fechas.

El viernes pasado empezó la difusión de la convocatoria, y el objetivo es que, haciendo honor a su nombre, el Taller sirva de Comunicación en DDHH dentro de la Universidad, base formativa de toda sociedad avanzada que se precie, proyectándose luego a esa misma sociedad, a través de Medios de Comunicación y Entidades Colaboradoras, como en este caso la FAPE (Federación de Asociaciones de Prensa de España), la ACE (Asociación Colegial de Escritores), (AI) Amnistía Internacional y la Representación Española de la Comisión Europea.

La Comunicación en Derechos Humanos, a pesar de los años con que cuenta la materia, casi siempre resulta escasa, pobre, inexistente a veces, y hasta objeto de manipulación y polémica; lo comentábamos en el primer programa de la 13ª Temporada con Iratxe Momoitio, Directora del Museo de la Paz de Gernika. Cuando hemos llevado algún tema de DDHH a «El Planeta de los Libros»: especialmente La Libertad de Información (el enlace es de una de las últimas veces porque ha habido varias desde los inicios; muy recomendable todavía hoy las palabras de Carlos Carnicero hace 4 años en Libertad de Expresión), u otros temas como, por poner dos ejemplos: el Negocio de la Xenofobia, o Niños en Guerra, siempre nos ha parecido poco; quizá por eso intentábamos que los DDHH estuvieran lo más presentes posible en cualquier programa. Así terminamos la temporada anterior con el poeta Marcos Ana, hablando de su obra pero también de sus años de prisión y sus penas de muerte en la Dictadura de Franco.

Recuerdo también la entrevista con Rafael Argullol: Contra la Codicia. A pesar de tener una obra extensa y brillante en muchos aspectos, el Catedrático de Estética nos sedujo por un sólo poema: el que relata el suicidio de un jubilado griego en la Plaza Syntagma de Atenas en 2012. Públicamente, este hombre, abrumado por la indignidad económica, no quiso que éste fuera el legado a sus descendientes, prefirió quitarse la vida y hacer público su mensaje.

Otros muchos programas tienen que ver con nosotros, los humanos, en su totalidad y en cualquier parte del planeta. Hace 10 años, en Letras desde el Continente Africano, hablamos con Antonio Lozano de «El Caso Sankara«, su novela basada en hechos reales que todavía hoy debería enrojecer a algún país que puede llevar el post-colonialismo hasta el asesinato. En el mismo programa Manuel Esquinas, Editorial Zanzíbar, nos nombraba grandes autores africanos como Ngugi wa Thiong’o, desde hace años en las quinielas del Nobel de Literatura, donde tampoco funcionan muy bien los DDHH: «Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición» Art. 1, Declaración Universal DDHH (1948)

Volviendo al Taller, el objetivo es que los participantes realicen trabajos escritos desde el periodismo y la literatura en un sentido amplio; además de los conocidos géneros periodísticos, todos los literarios; incluyendo los que pueden tener sólo parte de ello: performances, guiones, o canciones escritas; por poner algunos ejemplos. Todavía más, la Literatura y el Periodismo tienen tantos nexos en común que el Periodismo puede acabar siendo un género literario o la Literatura pura Comunicación periodística.

En el Taller habrá muchas fuentes de información/formación, desde legales a noticias de la actualidad, y por supuesto libros y cualquier otra manifestación escrita y/o artística. El único criterio para valorar los trabajos finales serán los méritos de los textos presentados.

-el Nobel de Literatura,

o lo que debería ser en nuestros tiempos-

Los que nos siguen en Redes ya saben que nos ha parecido falto de criterio que el último Nobel de Literatura fuera para alguien cuyas letras nos dicen poco sobre el papel, habiendo tanto autor vivo merecedor de ello. Después de la boca abierta en el dentista (iba de camino al enterarme y ya no pude cerrarla), reflexiono por qué nos duele a muchos este Nobel, seguramente teníamos este Premio en más de lo que es.

Suecia los inició y fue aplaudida por ello pero, ¿hoy no deberían contar con mayor aprobación global? Nacieron allí pero se convirtieron en referente planetario y, como tales, deben empezar a serlo. Faltan criterios no sólo de méritos sino de reparto equitativo que evite las desigualdades que los DDHH denuncian: raza, sexo, lugar de nacimiento, etc… Falta  transparencia en el proceso de concesión, igual que en la mayoría de Premios, dadas las injerencias no literarias que suele haber. Es verdad que los países nórdicos son referente en muchas cuestiones, y siempre adoré su Ley de Jante, decálogo que incluiría que tampoco ellos son mejores que los demás.

Me comentan amigos nórdicos que en Suecia, además de la Monarquía, gobiernan la Economía 3 o 4 familias acaudaladas. Las concentraciones de poder no suelen llevarse bien con los Derechos Humanos, a pesar de que sea un país reconocido por su labor internacional en esta materia, la ciudadana sueca Barbara Hendricks es un buen ejemplo de ello, después de sufrir de joven la segregación racial en Estados Unidos.

Como decía el guión: «Nadie es perfecto». Quizá Astrid Lindgren tenga que renacer en su país, y su revolucionaria «Pippi Calzaslargas» volver a hablar con claridad: la comida rápida (aunque le guste a ella misma) es diferente a la Gastronomía. Unir ambas -como reclaman linchadores profesionales en Redes o articulistas oportunistas- sólo nos llevará a incidir en la falta de criterio, deshumanización y banalización, que cada vez más gobierna el Planeta.