África en Madrid

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El programa de este domingo lo dedicamos a África, su literatura (también oral), su realidad, la cooperación desde España… Hay un momento hacia el final del programa en el que Ángeles Alonso comenta el poco presupuesto y la mucha pasión del Salón Internacional del Libro Africano (SILA) y el invitado en el estudio, Jean Arsène Yao bromea diciendo que ahora sí África está en el Salón, que tener poco presupuesto y mucha pasión es muy africano.

Lo cierto es que España nunca estuvo muy lejos de África, para lo bueno y para lo que no es tan bueno. Jean Arsène mencionaba en el programa cómo los primeros esclavos negros que llegaron a América lo hacen desde la península ibérica, donde los árabes los habían traído previamente en los siglos que estuvieron en nuestro país.

Desde que empezaron las revueltas allí, en el norte de África, antes también con las demandas del pueblo saharaui, y después con el caso Juan Tomás, me parecían muy cercanas todas estas reivindicaciones. Lo que ocurría en otros países tenía mucho que ver con lo que teníamos aquí: falta de democracia real, insuficiencia de participación social, corrupción de las élites políticas, económicas y mediáticas… Y no me extrañan ahora las conexiones que se hacen a uno y otro lado del Estrecho. Conexiones que llegan también a otros países de Europa.

En el programa de este domingo 22 de Mayo, Jacint Creus, presidente de la ONG CEIBA, que en 2011 cumple 20 años trabajando en Guinea Ecuatorial, afirma que España se está dejando llevar por sus intereses económicos en sus relaciones con la antigua colonia. En el grupo de apoyo a Juan Tomás, venimos denunciando desde hace 3 meses la incoherencia de esta política, la vergüenza que supone mantener una relaciones de interés económico nada menos que los últimos 30 años; o igual que siempre: evidentemente la política franquista y la política colonial anteriores no eran mejores. ¿Y les parece raro que pidamos un cambio?

Como ya reivindicaban los liberales del siglo XVII (Programa “Liberales”, con José Mª Lasalle Ruiz) la política colonial (o neocolonial, que es en la que estamos) debía obedecer a la misma moral política del interior del país. De otra forma, lo que allí vemos no es más que un reflejo de nuestra realidad interior. Y lo que allí ocurre acaba conformando la imagen de lo que somos: no tenemos capacidad ni siquiera para que nuestras preguntas sean contestadas, los que las hacemos, hay muchos que ni siquiera las hacen, no pueden si quieren estar en la cresta de la ola mediática, en esos medios de masas que tanto deforman la realidad y nos desinforman.

Esta semana asistía a un encuentro de prensa en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y al terminar, hablando de otros temas que nada tenían que ver con los que allí nos habían reunido, una persona que había trabajado para PRISA defendía la auto-publicidad encubierta que se publicaba en El País, o que se emitía en la SER, porque al fin y al cabo –decía- cómo no hacerse publicidad en la propia empresa.

Han viajado poco, o no en la dirección adecuada para aprender otros usos y costumbres. Es claro que si nuestra situación mediática se compara con países que están peor, salimos ganando. Y esto ha funcionado bien hasta ahora, un gran imperio mediático imponía su ley en la selva nacional y hasta en la de otros países. Ahora hay que civilizarse. Necesitamos mucha más regulación en los grandes Medios, en todos los medios, si no mejoran en credibilidad los pequeños peces mediáticos de internet acabarán comiéndoselos.

Carlos Carnicero reflexiona muy bien en su blog sobre la deriva de El País y, como en su caso, no es algo personal, se trata de precisar dónde está el periódico más leído de España y gran parte de América Latina. De ahí abajo, ni les cuento, sería muy largo hasta acabar por ejemplo en la emisora cultural de Madrid, Radio Círculo, en ese marco incomparable que es el Círculo de Bellas Artes, donde desde nuestros micrófonos sin sueldo ni compensación económica alguna observamos el discurrir de las grandes fiestas mediáticas (los premios Ortega y Gasset, lo más reciente), políticas o económicas ¿Y les parece raro que pidamos justicia?

Unos días antes de la gran manifestación del 15M, El Planeta de los Libros se sumó a las webs que se adhirieron a Democracia Real Ya  Todavía no sabíamos que el 15M sería mucho más que una manifestación pero necesitábamos manifestar el hartazgo, necesitábamos gritar y cansarnos de gritar. Ayer volví a la Puerta del Sol a manifestarme. Estuve poco tiempo, porque la Plaza estaba abarrotada y tampoco conviene morir de éxito. Hay que mantener la acampada. Para eso justo pedían firmas, o más bien teníamos que pedir firmar los que queríamos dejar huella, había demasiada gente también para eso. Nunca he visto tanta ansia por hacerse con una hoja, por añadir una firma, un nombre, un DNI, o más bien una sonrisa y una esperanza. La foto de las amigas, que se apretujaban para firmar, es uno de los mejores recuerdos que tengo de ayer en la manifestación de Madrid.

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