Neruda, Unamuno y Cervantes no fueron invitados

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unamunoLos Premios Goya 2017 han provocado que la Academia de Cine anuncie un Concurso de propuestas para la próxima gala. Decíamos en el último programa «Los Libros de los Goya«: el espectáculo no sólo es increíblemente más aburrido cada año, sino que el mal hacer continuado llevó en esta ocasión a perder cientos de miles de espectadores.

Reivindicábamos en este programa más arte literario en la «gran gala cultural» (de momento no hay otra). Las galas se pueden hacer mejor, siempre que haya mejor guión, y el guión si es bueno es literario. No todo es glamur («encanto sensual que fascina», según la RAE), o no todo puede ser tan simple como querer acercarse a ello… Especialmente en un país con tanto déficit cultural y social (muchas veces a costa del glamur), algo que también pusieron de manifiesto estos premios.

El déficit social hizo que pasara sin pena ni gloria «Yo, Daniel Blake«, la reconocida película británica, Palma de Oro en el último Festival de Cannes. El déficit cultural no le iba a la zaga: entre las candidatas de estos Goya se encontraban películas con carga literaria, cultural, social y hasta política como: «Neruda» o «La Isla del viento«, ésta última en torno a Unamuno: su destierro en Fuerteventura y cómo, a pesar de este y otros pesares, muchos años después sería capaz de pronunciar, frente a los grandes poderes franquistas, la famosa frase que le arrestaría de por vida : «Venceréis pero no convenceréis».

Olvidé mencionar en ese programa, la película «Cervantes, la búsqueda» a la que dedicamos un especial en mayo; candidata también y sin una sola nominación en estos Goya. Ninguna de las tres películas tenían la posibilidad de premio bajo la mirada petrificada e inmóvil de Goya. En todo caso, deberían formar parte del acervo de cualquier amante de la cultura: cada película por sus méritos propios, además de los propios de sus personajes-protagonistas. Por no hablar del mérito de los espectadores, que no han tenido fácil acercarse a ellas.

En el país donde se sigue sin premiar las buenas producciones culturales, o de interés social, aunque estén ahí, los Lobbies prefieren ser seducidos por cuentos infantiles (de mucho llorar si es posible) o sensibleros, thrillers, puñetazos; todo lo que sea fácil presentar, populista al fin, como ocurre en Política y tantas otras áreas.

Quiero despedirme con la comparación, odiosa pero verdadera, que arranqué a Jaroslaw Bielski en el programa «Réplika Teatro«: «en Polonia la Cultura es lo que en España el Fútbol «. No se trata sólo de los recursos que cada país dedica a uno u otro sector, también la forma de gestionarlos y su difusión. El fútbol sigue siendo el rey mediático del país (antes el Circo o las Novelas de Caballería), con el permiso de la invasión política y programas del higadillo, ambos en ascenso; tres ingredientes que se encuentran en todas las sopas comunicativas conduciéndonos a los más bajos instintos. Precisamente a los que se enfrentaron -cada uno a su manera- los tres escritores que no fueron invitados.

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