Mentiras de Verano

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Es uno de los libros que estoy leyendo estos días, Mentiras de verano, de Bernhard Schlink, al que muchos recordarán por la magnífica novela El lector, también llevada al cine.

Quizá por el recuerdo, tenía muy altas las expectativas. Quizá Schlink gana en el largo recorrido. Aún así es indudable que estos relatos tienen una tensión especial, una mezcla de sensaciones apenas dibujadas que persisten después de su lectura.

¿Cómo no recordar la diferencia entre la verdad y el trasfondo de la verdad que no puede entender el protagonista del relato titulado La noche en Baden-Baden?

Relaciones de pareja, relaciones familiares, donde la mentira es denominador común, bien condimentada por la incapacidad de comunicación – que muchas veces es igual a la falta de amor.

Sólo la tormenta, sufrida por los personajes, real y figurada,  puede arrojar un poco de verdad y, con ella, de amor.

Estos relatos me han recordado otro libro que fue en su día muy recomendado por los oyentes: La lluvia antes de caer, de Jonathan Coe, una novela donde también las emociones se dibujan en formatos evanescentes y fatales, hasta recordar el ineludible vacío de la lluvia antes de caer. El momento en que la lluvia es ya forzosa, cuando la sentimos y ni siquiera hace falta que caiga para saber de su presencia.

La lluvia cae, ajena a nuestros sentimientos, de la misma forma que caen las Mentiras de Verano, mentiras que intentan ser escondidas pero que afloran porque como la lluvia una vez sentidas son inevitables. En El Planeta de los Libros hemos empezado así este verano, incluyendo nuestro anuncio en el último programa: El Planeta de los Libros Digitales, un proyecto que cae irremisiblemente como la lluvia. Sólo si encontramos cielos más propicios, y nubes menos espesas, puede que la idea se encarrile, pero en esta época lo dudamos. Saber decir no es hoy día más que nunca obligado.

También es verdad que nos sentimos a gusto en nuestro espacio escrito-hablado. La independencia, la flexibilidad, la libertad de movimientos, son esenciales si hablamos de literatura. Dudamos que los medios audiovisuales estén por la labor, salvo honrosas excepciones.

Y ya hay otros proyectos en el horizonte de la 9ª temporada, donde seguiremos buscando recursos y hasta mecenas culturales, o pluriempleos varios; todo por mantenernos fieles a La estética de la resistencia, no exactamente la de Peter Weiss pero parecida.

Intentaremos estar preparados para todo, para el sol, para la lluvia, o para la tormenta. Ésta última la describía así Schlink en la primera de sus Mentiras: “No sé si será la humedad o la electricidad lo que hace que el aire esté tan claro, pero es el ambiente que antecede a la tormenta. Es un aire engañoso: parece prometer buen tiempo y lo que trae es tormenta

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3 respuestas to “Mentiras de Verano”

  1. emilioporta Says:

    «,,,fieles a la estética de la resistencia…» Espléndido ideario, magnífico análisis…y, como siempre, buena literatura y pensamiento detrás de la palabra escrita. Gracias.

  2. alvaeno Says:

    Un mundo de mentiras, es el mundo que vivimos, el que cada día muchos tenemos que inventarnos porque los hacedores de mentiras nos robaron nuestro presente, e intentan, a peso de mentiras, robarnos la identidad. Bien dices que en estos tiempos hay que saber, más que nunca, decir no.
    Saludos.

  3. Olga Fernandez Says:

    En este mundo de mentiras estamos reaprendiendo, los que ya somos mayorcitos, a leer entre líneas.

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