I Tertulias de Literatura Coreana

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I Tertulias Literatura Coreana

Como anunciamos en las redes sociales, desde Marzo hasta Mayo colaboramos con el Centro Cultural Coreano en España en sus I Tertulias de Literatura Coreana. Es un placer leer buena literatura, como nos ocurrió el año pasado con la obra de Moon Chung-hee y Gong Ji-jong, a las que pudimos entrevistar en público. Este año además de la entrevista pública con el reconocido escritor Kim Young-ha, dentro de la Noche de los Libros el 28 de abril, estamos leyendo gracias a las Tertulias otros autores que personalmente estoy disfrutando: por su Literatura y por el diálogo posterior con los asistentes a estas tertulias.

Me gusta llamarles pioneros de la Literatura Coreana, o pioneras, la mayoría son mujeres como suele ocurrir en las actividades culturales. Pioneras no sólo de España, en el grupo seleccionado de unas 20 personas hay otras nacionalidades: Argentina, Chile, Ecuador, Brasil, etc. Muy presente pues la diferencia cultural, con la riqueza que eso conlleva, cuando precisamente hablamos de otra Cultura.

La Literatura, como cualquier Arte, no tiene fronteras, especialmente tras décadas de globalización que lamentablemente han estado sobre todo dedicadas a la política y la economía, por eso unir Culturas es todavía más necesario en este desarrollos global ineludible e imparable; la única forma de acercarnos y entendernos más allá de falsos intereses: con el conocimiento, la empatía y el disfrute de otras creatividades.

La conocida cortesía de la República de Corea les ha llevado, en esta ocasión, a regalar los tres libros seleccionado para estas I Tertulias. Empezamos con el libro de relatos «Narradoras coreanas contemporáneas«. Nacidas entre 1947 y 1981, 10 autoras que demuestran la evolución y la variedad literaria de las diferentes épocas y sensibilidades que atraviesan.

Recuerdo que una contertulia me decía antes del inicio de las Tertulias que el libro no era muy actual, publicado en 2011. Como se puso de relieve ya en la primera sesión que tuvimos el día 3 para presentar el libro: todavía queda mucha Literatura Coreana por traducir al Español, lo hace lentamente y – en ocasiones- como en este libro con deficiencias de traducción y corrección lingüística. El 17 de marzo, cuando nos reunimos por segunda vez para analizarlo, las críticas eran generalizadas respecto a los dos temas, también la demanda de que las editoriales se tomen en serio la publicación de otras Lenguas.

En nuestro país somos todavía poco eficientes en la publicación de Literatura Coreana, a pesar de su calidad y que el Instituto de Traducción Literaria de Corea apoye generosamente la labor. Como muestra de esto, el segundo libro que analizaremos en las I Tertulias este mes de Abril nos llega directamente de Argentina: «Tengo derecho a destruirme«, de Kim Young-ha, reconocido autor con obras traducidas a varios idiomas.

Esta novela en concreto, escrita en 1996, además de premiada y llevada al cine, es ya un clásico internacional que – como sugiere el título- aborda el suicidio, casi sin nombrarlo, mostrando sin tapujos vidas y relaciones previas, como quizá sea la única forma posible de acercarnos a un tema tan complejo como actual, y tan dado al debate.

Dice Publisher’s Weekly en la contraportada de este libro: «la obra de Kim Young-ha es una exploración literaria consciente de la verdad, la muerte, el deseo y la identidad, y a pesar de que trafica con temas picantes, nunca cae en el voyeurismo«. No quiero desvelar más sobre el autor que analizaremos en las tertulias de abril, pero sí invitarles a que lo conozcan personalmente el 28 de Abril, a las 19.30h, en el Centro Cultural Coreano. Acérquense antes de la hora porque el aforo es limitado y el escritor lo merece. Y si quieren leerlo antes, quizá todavía queden ejemplares en Casa del Libro.

Para terminar, no he podido evitar empezar a leer el libro que llevaremos a las Tertulias en Mayo:  «El canto de la espada» de Kim Hoon. Además de lo que dice la Editorial Trotta, que parece tener el libro agotado y esperamos reedite, el mismo escritor dice en el prólogo que se retiró de la civilización en 2000 y fue entonces cuando se encontró con el Santuario y la espada de I Sunsin. De ahí surge una recreación histórica que va más allá de un momento y un lugar: «Aquella espada me habló de amor, de la imposibilidad en él contenida; me dijo que, en el fondo, enamorarse no consistía sino en amar esa propia imposibilidad».

Quizá compartan conmigo que la Literatura Coreana tiene, en muchas ocasiones, intensidad y profundidad difíciles de olvidar.

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