2016. Trabaje gratis, no se ofenda.

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autorretrato del mono_wikimedia commons

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Calentito empieza el año, no sólo en las cuestiones políticas y económicas, tan sobrevaloradas. En aquello llamado Cultura, que difícilmente sigue existiendo, terminaba el 2015 con una llamada de una fundación-taller de escritores…, por darles el título que ellos se arrogan. Proponen que colabore «El Planeta de los Libros» en un nuevo concurso literario para este año 2016.

Como estamos en nuestra 12ª Temporada y tuvimos hace años un fallido encuentro con el mismo taller, NO nos extraña que nos quieran vender gato por liebre. Llega 2016 y con él el mensaje escrito (por si alguien quiere que confirmemos la información, que en Periodismo hay que decir la verdad y confirmarla si es preciso). En esencia nos vienen a decir: os damos publicidad y a cambio nos la dais vosotros, gratis. Sé que eso se hace en algunas situaciones, publicidad por publicidad pero hete aquí donde salta la liebre: no sólo se trata de un intercambio de banners (que en tantos años no hemos aceptado), nuestro trabajo será también entrevistar y dar difusión a presuntos escritores. Ojiplática, nada más amanecer este día de enero a las 8 de la mañana.

Me dan a conocer más detalles: las entrevistas las haremos durante seis programas que dura el concurso, pequeñas y sencillas, la propia fundación-taller de escritores nos dará el cuestionario, me dicen. Respondo que, lamentablemente, «sin comer», no podemos trabajar gratis, por más tiempo… Quiero subrayar el «más» porque ya lo hacemos habitualmente en El Planeta de los Libros, así que lo normal es que uno tenga un cupo en este sentido, y como avisé a mi interlocutor en 2015 cualquier colaboración debería ser remunerada, más aún viniendo de uno de los grandes talleres de escritura (aunque ya el año pasado me llegaban rumores de su decadencia).

La respuesta, dos horas después – tendría que consultarlo con los jefes- me hunde en la miseria, cito textualmente: «es ofensivo que llames trabajar gratis a nuestra propuesta de promoción mutua». Es decir, su «propuesta de trabajo gratuita no aceptada» es una ofensa para ellos, y me lo dicen por escrito de parte del empresario-dueño de una fundación-que hace negocio con la cultura. Vamos, si fuera negocio de armas, drogas, trata de mujeres, o simplemente fabricación textil, saldrían en los periódicos, pero como hablamos de cultura pueden ser millonarios, vivir fuera de España gracias a las rentas, y que otros les hagamos el negocio. Nadie va a decir nada y otros muchos que sigan malviviendo.

Además de formarse en la escritura, habrá que conocer la realidad. Y este es el lamentable estado de la cultura en España, un país en el que la mayoría de la formación y difusión es patrocinada, publicitada y pagada. Cuando son grandes editoriales o medios de comunicación se entiende que, al menos, sea necesario pagarlo. Cuando somos pequeños lo que se prefiere  es «chulear»: ni 1€ por tu trabajo. Y todavía peor: cuando se juega con los sueños de escritura de los ciudadanos, hablamos de burlar, tomar el pelo previo pago, como hacen los Trileros de la Puerta del Sol de Madrid.

Si tiene como propósito de año nuevo acercarse a un taller de escritura, escríbannos antes, por favor. Este año especialmente, pero también los previos y los posteriores, me preocupa un asunto, ¿cómo educan los negocios de la cultura a futuros escritores y editores ? Incluyo talleres de editores porque también sufrimos hace un par de años un abuso similar ¿Qué enseñanzas les transmiten previo pago? ¿Se trata de desprestigiar la difusión cultural para venderles sueños imposibles? ¿O conocen tan poco de ella que de ahí la carencia de estudio y la propia ignorancia?

Desde hace años vengo diciendo a la industria de la enseñanza literaria que tiene que modernizarse con talleres que expliquen la labor comunicativa, que la valoren. Su falta de escucha corre paralela a la pésima representación de los escritores en nuestra vida social y mediática, por no hablar de la literaria. Hay excepciones, pero ¿no es cierto que muchos saben escribir y no comunicar?. Los mismos que lo saben todo sobre los medios de comunicación en este país, desde la barrera protectora.

La anécdota, además, me ha hecho recordar al gran Pote Huertas en el Documental Generación Kronen diciendo que a algunos escritores había que darles de comer a parte (o algo así, seguro que más fino). Gracias a ciertas labores de la cultura como negocio, ¿tendremos cada vez más escritores, talleres y editores que simplemente exijan nuestro trabajo, gratis, sin conocer lo que cuesta?

Una pequeña entrevista patrocinada en nuestro programa tiene un precio. No se trata sólo del económico, pactado por el Círculo de Bellas Artes de Madrid. También está el precio de la entrevista en sí, pagada o no, el trabajo que representa: la selección del autor@, entre miles de correos y mensajes en las redes (70.000 títulos aproximados se publican anualmente sólo en España). Después, vendrán las horas de lectura y comprensión, cómo hacer el guión, cómo llevarlo a escena sonora. Cómo conseguir que lo disfrute el escritor, que lo disfrutemos nosotros (gratis pero con dignidad) y, sobre todo, que lo disfruten ustedes, cualquiera que nos escuche.

Otra cosa es que muchos prefieran manejarnos para su exclusivo y pecuniario disfrute. Como al mono del selfie sin copyright. Él mismo se hizo la foto, no reclamó derechos pero, cuando se hizo viral, sí hubo quien intentó apropiárselos. Lo encontré en una simple búsqueda  de imágenes: «talleres de escritura sin copy right»,en Google, buscando como ilustrar el artículo. Por algo será pensé, y me sentí identificada.

No pudieron con el mono así que, aún con estos inicios, en 2016 procuraremos seguir creyendo en la Cultura más allá del negocio.

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