Burbujas

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Remando al vientoMe las imagino de todos los colores: rojas, azules, amarillo pollo, y hasta malva. Admirar burbujas es una forma de admirar el panorama que nos rodea. Todas juntas, las grandes, las pequeñas, hasta las que estallaron y se convirtieron en otras muchas, más pequeñas, o que crecieron al fin en una interrelación infinita difícil de limitar. Algunas tienen la piel dura, quizá las burbujas más bellas y cultas, para resistir todos los envites. Al final, todas ellas, desde ese imaginario  oculto que compartimos aunque sea inconscientemente,  acaban caminando hacia la realidad.

Así ocurrió en el desayuno de prensa para presentar al último Premio Café Gijón; cuando el flamante premiado argumentaba los beneficios que para todos tendría leer su novela, y acabó contraponiendo ésta a lo que denominó “burbuja literaria”. Casi no pude esperar para preguntarle si podía precisar, si podría arrojar un poco de luz a nosotros los periodistas que quizá nunca hemos reparado en ello. Podría incluso apuntar una estrategia contra el mal. Diego Doncel se limitó a hablar del mercado, ese malvado con el que, siempre dicen, los autores poco o nada tienen que ver.

Luego, le llega el momento a las series de televisión, que Doncel también admira (en lo literario, que es la última moda-burbuja-televisiva del lado de la cultura). Insiste que hay que hacer buenas obras y amenas. Pero me temo que su literatura es, como se dice en la presentación, bastante complicada. Empiezo a leer “Amantes en el tiempo de la infamia” y el primer capítulo ya me parece una barrera. O quizá soy yo que, precaria y pluriempleada, no tengo tiempo para la enorme y altamente compleja oferta literaria. Eso sí, interesante su argumento de que de aquellos barros vinieron estos lodos. Si la leen, cuéntenme.

De la literatura y las series de televisión, por azares del destino me sumerjo en el maravilloso mundo del cine, gracias al seminario Edgar Neville en la Fundación Ortega y Gasset. El invitado de este jueves es de lujo: Gonzalo Suárez, quizá nuestro cineasta más literario. Hay muchas preguntas sobre su relación con la literatura, yo misma le hago varias, por ejemplo la importancia de la voz en el alud de imágenes cinematográficas: parece que es lo que más le gusta, sobre todo por su efecto en el conjunto de fotogramas.

Una excelente crítica literaria asiste también a la conversación con el Director de Cine. A la salida, comentando su afición al cine, y nos hace preguntarnos por qué no existe en nuestro país ninguna mujer crítica de cine, al menos en los grandes medios. La animo fervientemente a que sea ella, que compagine la crítica literaria con la cinematográfica. Estoy segura que sería excelente, y eso que cualquiera no puede hacerlo (o no debería), incluso por muchos conocimientos literarios que se tengan, como comentaba en esa misma conversación otra crítica literaria que para ello se había dedicado a estudiar cinematografía.

No les cuento más eventos de la semana, por no aburrir. Sólo recomendarles un excelente documental sobre Leonora Carrington, que pude ver en la Galería Aina Nowack  y- como no- invitarles a que escuchen al escritor del programa esta semana, Mathias Énard, a que lean su «Calle de los Ladrones» y así comentamos los lodos que ya están aquí.

Esperándonos en la Sierra de Madrid

Esperándonos en la Sierra de Madrid

Disfruten el fin de semana y si es posible háganse una escapada a la sierra de Madrid en busca de aire y oxígeno.

Eso sí, sin demasiadas burbujas.

 

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2 respuestas to “Burbujas”

  1. josepmengu Says:

    ¿Puedo permitirme sugerir hablar también con Enard de su brillante «El alcohol y la nostalgia» (también bastante reciente)?

  2. Nieves Martín Díaz_El Planeta de los Libros Says:

    Por supuesto, lo pedimos a Mondadori. Enhorabuena por el blog 😉

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