Bloqueo cultural

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Desayuno con Paloma Saiz, que me cuenta lo último de la asociación Mexicana “Para leer en libertad”. Tan lejos y tan cerca, los mismos problemas ante los mismos retos, o parecidos. Y, como dice su marido Paco Ignacio Taibo II (PITII), entorpeciéndolo todo ese bloqueo cultural al que nos tienen acostumbrados las editoriales de uno y otro lado del Atlántico.

El mismo tema volvía a salir en el trenecito de vuelta (el transporte que la Semana Negra –SN- pone a disposición de invitados y público en general). Esta vez lo comentaba con una editora francesa. Ella al principio no entendía el problema: que un libro se editara sólo en México, bueno, como es el mismo idioma, ¿no lo pueden pedir las librerías de aquí? Y yo le contestaba con otra pregunta: ¿pedirlo a México, o a cualquier otro país hispanoamericano, que les traigan 5 ó 10 libros de otros tantos autores? Alguna lo puede hacer a título personal, la excepción sólo confirmaría la regla no escrita.

Conversaciones como ésta te recuerdan la realidad esperpéntica que vivimos. En una época en la que superamos limitaciones de comunicación antes impensables, cuando tenemos la técnica para ello, seguimos en las manos de circuitos cerrados de comunicación, distribución y edición. A veces, los circuitos están aislados o enfrentados dentro del mismo grupo editorial. PITII concluía que el capitalismo era poco inteligente.

De bloqueos en comunicación y cultura sabe mucho también Fabián Escalante, el escritor cubano que trabajó durante años en los servicios de inteligencia castrista y que les mencionaba hace unos días. Y por supuesto el bloqueo editorial también le afectó –nos afectó- en su propio caso. Cuando esta tarde se presentaba al público de la SN ya no quedaba ni uno sólo de los ejemplares enviados por el Instituto del Libro Cubano para la ocasión. Los periodistas habían dado buena cuenta de ellos y eso a pesar de tener que comprarlos y no recibirlos gratuitamente, como es lo habitual, para poder realizar su trabajo.

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