La Mar de Letras

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La semana pasada asistí un par de días al encuentro literario “La Mar de Letras” que desde hace nueve años forma parte del conocido festival “La Mar de Músicas” y en el que también tienen su espacio las artes plásticas y el cine. Como era la primera vez que visitaba Cartagena (Murcia), además de a las conferencias literarias me dediqué a visitar la ciudad, a redescubrir su Historia. Una de las visitas más recomendables  fue a su Centro de Interpretación de la Guerra Civil española, instalado dentro de un refugio de la época, excavado en piedra caliza y con posibilidad de albergar a más de cinco mil personas.

El refugio es enorme y sólo está habilitada una parte para la visita. Si tuviera que hacer una crítica diría que el espacio resulta pequeño, escaso, para el recuerdo, para el reencuentro con este pasado tan gris del siglo XX. Quizá sus creadores lo quisieron así, una interpretación suave, con el mínimo dramatismo para recordar la que fue una de las últimas ciudades en sucumbir al avance franquista.

Un video muestra los esfuerzos del ejército rojo contras las fuerzas aéreas italianas y alemanas adeptas a Franco, bombardeos seguidos de hambre y miseria. Y me encuentro en uno de los habitáculos del refugio a la estrella mediática del momento. No me refiero a las famosas cantantes – que ya las había- sino a un simple aparato de radio. La carestía de papel y tinta hicieron cada vez más difícil la impresión en ambos bandos y de ahí la importancia y la calidez del medio en tiempos de guerra.

Al salir del refugio me acompañan otros ecos, los sonidos de las sirenas de aviso, los bombardeos… Respiro hondo mientras un ascensor panorámico me lleva a otro monumento histórico: El Castillo de la Concepción. Desde esta panorámica la Guía nos explica los principales enclaves, algunos no tan históricos como la antigua Baztán, le pregunto si desde aquí se ve la refinería de petróleo de Escombreras. Me contesta que no pero que si deseo ver industria pesada solo tengo que seguir la carretera que me indica. Sin duda tiene conciencia ecológica porque a continuación me cuenta que tuvieron que quitar otra refinería que estaba en los años noventa a la entrada de la ciudad. Abro los ojos como bandejas (ya saben lo que me gustaría a mí no solo quitar sino que no llegaran a abrir algunos proyectos de refinerías). Expreso mis dudas a la Guía y, lamentablemente, me confirma finalmente que no fue una refinería lo que consiguieron quitar en los 90 a la entrada de la ciudad, lo que emitía gases y olores nauseabundos era una Industria Química. Me siento reconfortada, de todas formas, hay que ver qué mala prensa tienen las refinerías, todo lo que contamina y huele mal se identifica con ellas.

Decido terminar mi visita en el Puerto. Me maravillan los espacios abiertos. “La mar de letras” se podría desperdigar por todos los escenarios de película que alberga esta zona portuaria, lo difícil sería decidir cuáles entre tantos. De ello hablamos en la cena con los organizadores: Cartagena podría convertir este encuentro en una de las importantes enseñas de la ciudad, como hizo Gijón con “la semana negra”. El que es seguramente el mejor evento literario del verano no debería convertirse en algo minoritario y de poca trascendencia.

De momento, por la Casa Pedroño desfilaron invitados de excepción: Houellebecq, Garreta, Claudel, Razane o Makine, por citar sólo algunos. Una edición dedicada a la actual literatura francesa, y coordinadas un año más por Lola López Mondéjar. Espero que ella les cuente la actualidad literaria del país galo en la próxima temporada radiofónica.  Y para los que quieran ir abriendo boca, o abriendo un libro, aquí está la información del evento, libros y autores: http://www.lamardemusicas.com/2008/letras/letras.php

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