¿En qué se está convirtiendo La Radio?

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Me refiero a la Radio en España, porque cada país tiene la suya…, como los políticos. Muchas veces,  si no se trabaja por algo, resulta que vamos hacia atrás. Es como si se destrabajase, y permítanme el neologismo, que la lengua también está para eso, e igual se hace famoso el vocablo y yo con él.

¿Se destrabaja mucho en España? Cuestiones patrias aparte (tampoco se trata de eso, o no sólo), la raíz del problema es más bien de enfoque, escasez de crítica, evolución nula o lenta, mirarse el propio ombligo de forma obsesiva, o vivir de las rentas.

Dicen que la Radio en España cada vez la escuchan menos jóvenes. Eso afirman las encuestas, y desde hace bastantes años. Jóvenes y ya no tan jóvenes, ahora como antes, se desvinculan día a día de las ondas. Casi podríamos pronosticar que la próxima década la radio será un objeto de culto en este país, lo cual tampoco estaría mal. En cualquier caso la tendencia es real aunque, eso sí, se tiende a justificar más que a razonar, imposible un debate crítico de momento. ¿Por qué estamos abandonando un medio de comunicación que sigue tan potente en otras sociedades? Sociedades incluso  más avanzadas cultural y mediáticamente, la inglesa o la francesa  por ejemplo.

Se nos acabó “Ama Rosa” (aquella radionovela tan machista) y desde entonces se nos siguen acabando los oyentes, el ingenio español no dio para más. Bueno para algo sí, nos creímos que la radio era fácil y nos dedicamos a hacerla más fácil todavía, llenándola de improvisaciones, repetidísimos lugares comunes o espantosos aburrimientos. Desde el lado del micrófono muchos se dedicaron (ahora también) a reducir la edad mental de los oyentes. Con ello se reducía también la de los propios locutores…, o directores, o colaboradores. Y la lista de vicios no acaba: nos rodeamos de amigos. El amiguismo venció incluso en los puestos públicos. En las emisiones se sigue pregonando esa camaradería: ésa que es tan falsa, ésa que todo lo ahoga, ésa que los oyentes sienten en la voz, como en la vida misma.

Me hago estas reflexiones, a raíz de varios comentarios recibidos en las últimas semanas. Una moderadora de talleres literarios en las Bibliotecas de la Comunidad de Madrid me dice, aprovechando un inciso en una reunión, que tal y como está la radio, especialmente por las mañanas, ella la escucha una vez al mes, así ya sabe de qué va…, si se está perdiendo algo o si sigue lo mismo de siempre. Ella es una mujer madura, quizá por eso todavía hace el intento al menos una vez al mes.

El otro comentario se refería a la emisora en la que se emite “El planeta de los libros”: Radio Círculo. Alguien me recordó que es una emisora “no profesional”. Y es verdad que no lo es en muchos aspectos. Lo que me llamó la atención de esta afirmación fueron dos temas relacionados. Por un lado el Periodismo en España, en su conjunto, sigue sin ser reconocido como una profesión. Por otro, tal y como está el oficio, mejor situarse en los márgenes.

Claro está, a mí me gustaría que el Periodismo fuera una profesión: que tuviéramos nuestras reglas, nuestro colegio profesional, nuestros debates (no confundir con declaraciones), etc, etc. La Constitución española del año 78 ya apuntaba esa profesionalidad, en aras de la importancia dada a la libertad de expresión.  Si después de 30 años apenas hemos avanzado en este sentido no será por el periodismo en sí, evidentemente hay intereses creados que no facilitan ese avance y, como hemos dicho muchas veces, falta todavía por hacer en España la transición mediática y cultural. Mientras el Periodismo consigue su estatus profesional, resulta inmejorable la posición oficial de “no profesionales”, quedarnos en los márgenes para ver mejor la función.

Hablando de funciones: “ RNE lanza por primera vez un programa en Internet antes de emitirlo en las ondas”, éste es el titular de El País hace días anunciando el que seguramente es el primer programa de libros de RNE (en mucho tiempo o en toda su historia, tengo esa duda). Pero, ojo, este titular, el de “primer programa de libros de RNE” se descarta totalmente, haría sonrojar a más de un responsable. Se ha optado por ese otro que además es especialmente conveniente en esta etapa de claro dominio de la red de redes (a la que por cierto muchos sitúan también en los márgenes…)

Quizá nos tengamos que congratular por este primer programa de libros de RNE (a ver cuando lo escuchamos).  Eso sí, no sabemos lo que les habrá costado, ni en tiempo ni en dineros públicos. Nos gustaría saberlo, para congratularnos no sólo por la idea sino también por su realización. A parte, claro está, de que creamos más en programaciones regulares, anuales o al menos de temporada radiofónica, que no en paquetes puntuales que dan mucho ruido y pocas nueces. ¿Es eso lo que se pretende, espectacular programa que levante aplausos y algún que otro premio? La dedicación cotidiana al libro se la seguiremos dejando a los escasos periodistas que luchan por difundir el contenido de los buenos libros (sin cuestiones comerciales de por medio) y sobre todo a los cientos de blogs, portales y sitios de internet en los que los libros han encontrado su propio espacio, ése que no le quieren dar los medios convencionales como la Radio y la Televisión. Sin que nos cueste un euro vía impuestos.

Quizá hacer un programa de libros de forma regular y atendiendo la realidad literaria del país sea muy comprometido para la radio pública. Hay diferentes intereses editoriales, además de obligaciones económicas e ideológicas, pero esperamos que la radio pública estatal lo consiga. Mientras tanto, para los que se manejen en Inglés o Francés, seguimos recomendando la página web de la BBC Radio, o la de France Culture, donde pueden escuchar no uno sino varios programas de actualidad literaria.

Y aquí, en España, ¿qué programas de Radio salvaría de la quema?, ¿y por qué?

3 respuestas to “¿En qué se está convirtiendo La Radio?”

  1. Antonio Says:

    Yo salvaría dos programas de RNE los fines de semana: Siluetas y Documentos. Y algunos de Radio Círculo. Saludos

  2. Juan Says:

    El programa Documentos está bien, pero Siluetas a veces es un rollo. ¿Qué pasa con «El ojo crítico» de RNE? Debería volver a ser lo que fue. Saludos a todos los de Radio Círculo

  3. Poli Says:

    Saludos:
    Las antiguas industrias editoriales se han actualizado y ahora se mueven como pez en el agua en la televisión; pero, curiosamente, en este país no hay ningún programa de literatura o ensayo o, lejos la funesta manía de pensar, filosofía, poesía y un largo etc, que se podría encuadrar en general en libros, que, hasta ahora, son sustituídos por las revistas y periódicos, según me parece; falta imaginación cuado resulta que hay abundancia de medios y público ansioso de recibir aquello que nadie se atreve a ofrecerle.
    Por cierto, considero la labora de las bibliotecas privadas y públicas, así como la de los respectivos centros de documentación, indispensables para poder moverse y seleccionar la esencia de tanta información y conocimiento. Feliz verano de crisis.

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