Feria del libro de Madrid

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Las ferias de ganado

Hace poco visité la localidad pacense de Zafra, famosa por su feria de ganado en la que ejemplares de diverso pelaje y procedencia son reunidos para la compraventa. La feria sigue existiendo en el siglo XXI, aunque ha evolucionado desde su creación allá por el XIV.

Y hoy, claro, las ferias más importantes ya no son las ganaderas. Ahora priman las tecnológicas, turísticas, artísticas, o de libros. Y ya no se pasea el ganado a la vista del público, al menos no ese ganado. El paseo del público, ése sí se mantiene, siempre que le dejan, porque a veces los visitantes pueden permanecer largo tiempo estabulados, contenidos en estrictas y largas colas como espacios-establos al aire libre, a la espera de un ejemplar o una firma.

De los mugidos, olores y fluidos de la ganadería hemos pasado a la asepsia del mp3, las performances, o los libros con olor a nuevo. Pero no todo lo que reluce está tan limpio como parece. Por ejemplo, si se compra uno un libro en la feria de Madrid, muchos ya no se lo llevan sencillamente en la mano, o envuelto en papel de regalo. Hay que marcar cada ejemplar, la huella corporal, los sudores y otras marcas todavía importan.

Viva el turismo masivo, y más si es cultural.

Sobre todo porque, un año más, de lo que se trata es de hacer negocio. Ya lo decía esta semana Vicente Verdú (en el programa) hablando de museos. Y los mismos de siempre serán los que lo hagan: los negocios públicos y privados.  Sólo nos compete observarlo calladamente, como uno más entre el público. Nosotros que también a veces acudimos obligados y otras voluntaria e inconscientemente. El caso es visitar la cultura oficial que tanto nos enriquece, bajar a la arena para ver más de cerca el ir y venir de las fieras, avistar la feria de las vanidades.

De momento el autobombo está montado. Tanto o más como en la inauguración del nuevo portal de la televisión pública española, ante el cual no podemos por menos que hacernos esta pregunta ¿cuánto se han gastado en convencernos de lo bien que lo han hecho?, ¿y tan de repente? A parte de esos grandes costos publicitarios que pagamos todos, está claro que de la noche a la mañana no se solucionan años de retraso, que la magia no funciona en materia de comunicación, también hay que tener contenidos que anunciar. Y si no que se lo pregunten a www.rne.es que sigue prácticamente igual que como comentábamos en nuestro artículo de octubre del año pasado. Por poner un ejemplo, hace días que en su página de inicio está el último libro de Ruiz Zafón como una de las dos únicas noticias de Radio Exterior, Radio Exterior de España. No está mal darle un 50% de visibilidad en web de la radio pública y en plena campaña internauta. Cómo será en la radio privada. ¿Está bien que le paguemos entre todos la promoción?. Luego pueden preguntarse por qué vende.

En fin, algunos habitantes de este planeta seguimos esperando  ansiosamente la transición cultural. Quizá se esté produciendo en otros ámbitos, en algún rincón recóndito y con poca luz. Habrá que esperar a verlo. Lo que sí sabemos es que de momento no la vemos -salvo excepciones- en la Radio y la Televisión nacional, y que debe estar lejos de donde vivimos, lejos de Madrid.

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