Posts Tagged ‘Czeslaw Milosz’

Arranca la 9ª Temporada

octubre 8, 2012

Siempre buscamos un tema interesante para iniciar la temporada, o una reentré con insignes invitados. En esta 9ª se nos cayeron dos temas (y también ciertos insignes) y por ello nos atrevimos a lanzar una invocación al Dios Facebook, que él (o ella) nos dijera cuál podía ser el contenido de ese primer programa. En tiempos de deidades técnicas, también tuvo peso decisivo la creciente visibilidad (y audibilidad) que el programa tiene en las redes sociales.

 

De hecho, no tardó mucho en contestarnos Tiempo de Héroes , y al poco Ilustratura  , dos proyectos de Literatura 2.0 con toda la frescura de lo nuevo y la seriedad que a veces se echa de menos en los proyectos literarios convencionales. Junto a la calidad de estas apuestas, junto a la camaradería que mostraban – que tampoco abunda en la edición habitual, impresa o digital- nos decidimos por empezar con ellos, y aquí pueden escuchar el resultado: Literatura 2.0.

Otro elemento decisivo fue una de las dos nuevas colaboradoras de “El Planeta de los Libros”: Irene Buesa, que comenzaba en ese primer programa una extensión de la comunidad planetaria a través de las redes, ahora en directo. Sabíamos que no era nada fácil, habíamos conseguido crear cierta expectación y, lamentablemente, no pudimos cumplirla. La conexión a Internet no funcionaba en el estudio. En ello trabajaremos esta semana para ver cuál es la mejor forma de solucionarlo.

También se estrenaba ese día, con mucha más suerte, Clara Pérez, nuestra exclusiva técnico de sonido–sólo para El Planeta de los Libros -, que contó con la ayuda de nuestro añorado técnico, Andrés Gutiérrez, y de David Coello, redactor y técnico de Radio Círculo.

Patrocinio del Instituto Polaco de Cultura en Madrid

Estamos ya acostumbrados a que un programa de libros tenga más apoyo de instituciones extranjeras que españolas. También es verdad que esto nos permite descubrir panoramas culturales de los que los medios españoles no se hacen suficiente eco; descubrir o redescubrir autores geniales, en la literatura y otras artes, como la música o el cine.

Y siguiendo con los libros, o los audio-libros. Mientras en España no acaban de cuajar, en otros países como Polonia o Alemania gozan de una gran popularidad, también se compran. El Instituto Polaco de Cultura ha editado el audio-libro “Encuentro”  con poemas escogidos de Czeslaw Milosz e interpretados por José Luis Gómez y Aitana Sánchez-Gijón, que tuvimos la oportunidad de regalar a los oyentes en este primer programa.

El próximo jueves volvemos a regalar otro audio-libro del Instituto. En esta ocasión un resumen en audio, con estudio y explicación escrita, de la obra más popular de Janusz Korczak, “El Rey Matías I”. Acabo de leer este libro del autor más emblemático de los derechos del niño, y todavía me cuesta entender cómo puede estar descatalogado desde hace años en nuestro país, seguramente porque no se entendió y se relegó exclusivamente a lectura juvenil. Pude leerlo gracias al Director del Instituto Polaco en Madrid, Cezary Kruk, que tuvo la amabilidad de prestarme uno de los pocos ejemplares que quedan.

Por último, si se encuentra en Madrid el miércoles 17 de Octubre y le apetece escuchar y hasta participar de una entrevista para “El Planeta de los Libros”, ese día tendré el placer de entrevistar a Luis Alberto de Cuenca (sólo tienen que pinchar en el día del calendario) en la Biblioteca Regional Joaquín Leguina. A las 7 y media de la tarde en el salón de actos, con entrada libre hasta completar aforo. Lo entrevistamos hace poco en el programa de radio y descubrimos que Luis Alberto tiene mucho más que contar, así que le pedimos que inaugurara un pequeño ciclo de conversaciones en esta magnífica Biblioteca.

Responsabilidad intelectual: una breve reflexión a partir del caso de Lars Von Trier

mayo 24, 2011

¡Qué complicada es la relación entre el creador, su obra y su público! Por un lado, está la genialidad, la transgresión, la técnica, la inserción del creador dentro de una tradición artística (literaria, cinematográfica, musical, o incluso filosófica), por otro está el hombre, producto de su tiempo, de la historia, de sus limitaciones y debilidades. A veces él es víctima de su entorno, tragado por su circunstancia, por una vida mezquina o sufrida, por la incapacidad de buscar la libertad cuando ésta le está inicialmente restringida; otras veces está dotado de semejante capacidad de comprensión y apertura que es capaz de sobreponerse a ese entorno, por más opresor y totalizador que sea. Casos de ambos tipos pululan en la historia del pensamiento intelectual.

El reciente caso del cineasta Lars Von Trier en el Festival de Cannes, hablando en broma (de muy mal gusto) sobre su supuesta adhesión al antisemitismo nazi, es sólo uno entre muchos y, exactamente por eso, debe ser cuestionado. Sus posteriores disculpas, intentos de arreglos y de desdecir lo mal dicho, quizás lo eximan de la culpa, pero no deja de suscitar interrogantes.

Primero, partimos del principio básico de que no estamos hablando de ningún idiota, sino de un pensador de alto nivel, con películas intrigantes como Bailando en la oscuridad o Dogville, que cuestiona en su obra la servidumbre, la humillación, el bien o el mal como intrínsecos al hombre. Es decir, los planteamientos filosóficos no le son ajenos. ¿Por qué se metería a hablar de algo tan rotundamente controvertido y absurdo como ser nazi? Segundo, aunque sus películas fueran idiotizantes, que no dijera más que tonterías en su vida y en su obra, ¿qué derecho tiene de defender una perspectiva como la que hizo? Mi respuesta es rotunda: ¡ninguno!

Por mucho que defienda la genialidad de la obra por encima de las equivocaciones del hombre (para citar algunos nombres, se puede mencionar a Ferdinand Céline, Elia Kazan, Martin Heidegger, Julio Verne en el caso Dreyfuss o incluso el muy poco genial Mel Gibson), el hombre público y, principalmente, aquél que vive de su trabajo intelectual, sea en las artes, en la academia, en los medios de comunicación, tiene una responsabilidad moral ante los que lo escuchan o leen, y que va más allá de su interés personal de provocar o trasgredir el status quo. Aunque en el recóndito de su casa y sus pensamientos pueda tener las opiniones más nefastas, como persona pública se acepta una responsabilidad. De no ser así, que no se manifieste. El mismo ganador de la Palma de Oro de 2011, Terrence Malick, es un ejemplo de un gran artista (e intelectual) que prefiere expresarse solamente a través de sus obras, ha dado poquísimas entrevistas y ni siquiera estuvo en la entrega de premios. Una cosa es la obra y el artista, otra, muy diversa, es la relación entre el artista con los medios y el público. Su obra entabla un diálogo con una tradición; el hombre lo hace con sus contemporáneos y tiene, por ende, una responsabilidad hacia ellos.

¿Hay excusa para las absurdidades de Lars Von Trier? Obvio que sí. Un hombre puede equivocarse y mejor creemos en sus disculpas. Pero queda aquí el tema de debate, que suele salir a flote sólo en casos extremos como éste, pero que es discutible en las pequeñas declaraciones cotidianas de personas públicas.

En su libro «The reckless mind«, Mark Lilla, en un diálogo histórico con «The captive mind«, del Nobel de Literatura Czeslaw Milosz, afirma la dificultad de juzgar a los intelectuales que, desde el seno de gobiernos totalitarios, se ven obligados a ceder ante el riesgo de perder sus propias vidas; no obstante, ¿qué decir de los intelectuales que, viviendo en democracia, se entregan a las demencias tiránicas o defienden cualquier cosa que no sea la libertad, el ser humano pleno y la paz?

La responsabilidad intelectual, por la que tanto abogó el epistemólogo Karl Popper y Mark Lilla, como su seguidor, es un tema a menudo abandonado por los grandes medios que, por conveniencia (¿o connivencia?), prefieren callarse ante el poder. Porque los medios, como cualquier entidad o persona que exprese sus ideas de forma pública y abierta, tienen el deber (no sólo el derecho) de hacerlo en aras de ensanchar la democracia, y no de pisotearla.

Otras breves reflexiones sobre el tema: «O intelectual aprisionado«, «Karl Popper  y la responsabilidad intelectual«.