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Tom Sharpe, un sátiro anda suelto

noviembre 9, 2010

Publicado en LA VOZ DE GALICIA el Sábado, 16 de octubre de 2010

Uno de los momentos más importantes de La Risa de Bilbao fue la entrevista que Jorge Herralde realizó a Tom Sharpe. Herralde, editor de Anagrama, presentó a su amigo Sharpe desde la complicidad y la emoción, “Tom Sharpe es un payaso, un clown que quiere hacer reír al lector”. Sus palabras de halago, sinceras, mostraron la gratitud y los fuertes lazos que unen al editor con el autor, situación que pocas veces tiene un final feliz. Tras la presentación, siguió una charla amena en la que aparecieron nombres como Wodehouse (presente ya en la mesa redonda del día anterior sobre el humor inglés). Sharpe participó poco, debido a su debilitada salud, pero cuando habló consiguió arrancar los aplausos del público asistente, aforo completo, con sus comentarios lúcidos e irónicos y su imitación de Buster Keaton, “¡Perfecta!”, bromeó Herralde. El broche final lo puso el editor al anunciar la publicación del quinto Wilt para el mes de Enero. Para terminar, tras la lectura de un fragmento de Los Grope, Juan Bas, director de La Risa de Bilbao, procedió a la entrega del premio BBK. Bas rindió tributo al maestro y no dejó de agradecer a Herralde su contribución a la Literatura de Humor. Sharpe, al recibir el Premio aún tuvo la osadía (siempre bajo la atenta mirada de su médica personal) de levantarlo en señal de victoria. Otra batalla ganada.
P. ¿Se puede hacer el amor sin sentido del humor?
R. Obviamente.P. Su libro (de humor) preferido.
R. «Júbilo matinal» de Wodehouse
P. De sus libros, el favorito.
R. «Reunión tumultuosa» y  «El bastardo recalcitrante».
P. De sus libros, cual negaría haber escrito.
R. «Lo peor de cada casa».
P. Si no hubiese sido escritor, ¿qué hubiese sido?
R. Profesor o fotógrafo. P. ¿Se puede escribir sin humor?
R. Sí, lo que es realmente difícil es escribir con humor y hacer reír a la gente. La mayoría de los escritores escriben libros serios. Yo quise ser uno de ellos hasta los 41, cuando me encontré a mí mismo escribiendo Reunión tumultuosa.
P. ¿Sirve la literatura para reírse de uno mismo o de los demás?
R. Ambos. En mis libros puedo reírme de mí mismo y de los políticos, la policía, la educación, el sexo…
P. ¿Es el humor universal?
R. Sí, el humor es universal pero cada uno se ríe a su manera. Yo no he vendido ningún libro en EE. UU.
P. ¿Qué tiene el (humor) británico que no tienen los demás?
R. Tolerancia y gusto por lo excéntrico. Si alguien es un excéntrico, ese soy yo.
P. ¿Es cierto que es más difícil hacer reír que llorar?
R. Sin duda. Hacer llorar puede ser bastante fácil; hacer reír, muy difícil.
P. ¿Quiénes se ríen más de nosotros: los políticos o los banqueros?
R. Los banqueros.
P. ¿Por qué los religiosos tienen tan poco sentido del humor?
R. No lo sé.
P. ¿Qué pasaría si se hiciese un remake de «La vida de Bryan», pero con la religión musulmana?
R. No voy al cine. Llevo sin ir 50 años.
P. ¿Está el sentido del humor relacionado con la inteligencia?
R. Supongo.
P. ¿Ironía o chiste fácil?
R. Utilizo ambos en mis libros.
P. ¿Situación embarazosa o humor del absurdo?
R. El último.P. ¿Qué hacer cuando uno cuenta un chiste y nadie se ríe?
R. Supongo que no contar otro.
Podría ser un turista británico recién llegado de la Costa Brava, pero no, es Tom Sharpe. Sus ojos, si uno tiene el valor de mirarlos directamente, aún conservan la mirada incisiva con la que ha diseccionado la sociedad inglesa del siglo XX. Su porte ya no es el del apuesto gentleman que debió ser, viaja permanentemente acompañado por su médica particular, pero un movimiento de su cabeza pone firme al interlocutor. “…el novelista más divertido de nuestros días”, según The Times, es el autor de Reunión tumultuosa, Exhibición impúdica, Zafarrancho en Cambridge, El bastardo recalcitrante, Los Grope y la imprescindible, hilarante, serie de libros protagonizados por Henry Wilt. Libros con los que Tom Sharpe se ha convertido en el maestro del humor.

Wilt
En la primera entrega, año 1976, Wilt, un profesor de Literatura de una escuela de Formación Profesional, soñaba con asesinar a su esposa (¿Quién no ha querido, alguna vez, matar a su esposa/esposo?). Grandes dosis de ironía, perspicacia y cinismo, situaciones equívocas y una muñeca hinchable consolidaron a Tom Sharpe como escritor y le dieron a conocer entre los mismos burgueses que él retrataba en sus libros, aunque sólo obtuvo el reconocimiento de aquellos que estaban dispuestos a reírse de si mismos.En la siguiente entrega, La tribulaciones de Wilt (1979), nuestro protagonista se convertía en padre de cuatrillizas y casero de una de sus alumnas: alemana, exuberante y terrorista. Reaparecía el inspector Flint y Eva, su esposa, se lanzaba a participar en cualquier proyecto alternativo que apareciese. Con Ánimo Wilt (1985) Tom Sharpe alcanzó el techo del paroxismo y, quizá por ello, en Wilt no se aclara (2004) el autor envió a su protagonista de vacaciones por la campiña inglesa, mientras Eva y sus hijas viajaban a EEUU para visitar a un familiar multimillonario. Nueve años después, Tom Sharpe volvía a desatar su mirada caustica sobre la sociedad de nuestro tiempo. Resultado: las vacaciones de Wilt resultaron de todo, excepto tranquilas.En la reciente “La Risa de Bilbao. Bilboko Barrea”, donde recibió el Premio BBK, anunció que en el mes de enero se publicará La herencia de Wilt, quinta entrega de esta saga elaborada a base de lucidez, grandes dosis de extrañamiento, situaciones llevadas al extremo y humor, mucho humor, si entendemos el humor como una forma inteligente de mostrarnos lo ridículos que podemos llegar a ser; no las sandeces que baten records de taquilla en los multicines o copan la parrilla televisiva.