FOTO Una lectora. Escaparate #AñosLuz. Madrid
Desde hace 15 años, en octubre saludamos la nueva temporada de podcasts. Este octubre no nos queda otra opción que saludar al famoso COVID-19. Al principio, allá por marzo, cuando no nos daban información sobre el virus, emitíamos podcasts anteriores con la esperanza de que terminara la pandemia y uno de sus peores confinamientos. Sin embargo, debido sobre todo a nuestros políticos, como ya saben y comentaremos en este artículo, la situación vital, social y económica sigue siendo insostenible, la vida cultural y mediática reducida a su mínima expresión, o libertad de expresión.
La vida es nuestra primera necesidad. Durante casi 7 meses sufrimos la ausencia de aquellos que deben preservarla, sobre todo expertos y sus criterios científicos. Ahora empiezan a pedir su lugar, aunque todavía sin una dirección o portavoz definido; una comunidad caótica que sirve para todos los gustos, y así es utilizada por el poder, por cualquier poder o partido.
A estas alturas ya sabemos cómo está la política, la ciencia y la sanidad en España, por mucho que hayan intentado ocultárnoslo. Tampoco nos van a engañar en lo que la «clase cultural» ha aportado a la pandemia de este 2020. Tanto los oficialistas politizados, como los magnates económicos de la cultura, han estado más preocupados por salvar su trasero, que trabajar para la sociedad en su conjunto. Ministerio de Cultura, Consejerías o Concejalías, ¿a qué se han dedicado? Igualmente, Fundaciones Privadas o semiprivadas, Empresarios Culturales, etc.
Lo peor sin duda ha sido el papel de esa oficialidad cultural, jugando todos estos meses, como siempre pero en una situación extraordinaria, con el dinero de todos. Pongamos como ejemplo ese Ministerio de Cultura permanentemente mirándose al ombligo, como un hombre sin más objetivo que rodearse de chicas jovencitas, que no le enmienden la plana, ya bastante ha tenido con el ala deportiva y los conflictos con su Secretaria de Estado.
El «llamado ministro» de Cultura (al que se unen bastantes otros «llamados», que cobran como tal y actúa en contra de la cultura, el progreso y el bien común) nos convocó por primera vez tras el confinamiento -cuando Madrid pasó a fase 1 y pudo hacerlo- a lo que vendieron como una gran acción «cultural» (El País lo recogió nada menos que en su portada el 26 de mayo y con una gran foto).
Aquel 25 de mayo, preferí acercarme a la abandonada Cuesta de Moyano, antes que ir a ver cómo limpiaban estatuas en la Biblioteca Nacional. ¿Prioridad ministerial después de casi 6 semanas de confinamiento?, ¿u otro envoltorio de los habituales? Reuniones y reuniones, anuncios y anuncios, resultados invisibles. Hay incluso un nuevo plan de fomento de la lectura (anuncio), quizá sepamos algo de él justo antes de las elecciones. Ni una convocatoria de interés desde su nombramiento, hasta la fecha.
Si Bill Gates decía en su último Goalkeepers Report que debido al Covid-19: «Hemos retrocedido 25 años en 25 semanas». En países como el nuestro el retroceso (algunas semanas después) puede ser de 40 años o más, y no está claro que podamos recuperarlos. Angela Merkel ya nos identifica como principal escollo para la recuperación en la UE por nuestra «Política tóxica», entre otras vulnerabilidades. Hace unos días The Economist hablaba de nuestra «venenosa clase política». Y de nuestro Estado de Derecho mejor hablamos otro día.
Virus, vulnerabilidades, venenos. Si hablamos del futuro de la UE, o del planeta, es posible que nuestro país sea uno de los que más difícil lo tenga. La debilidad actual no nos ayudará en la crisis climática o en cualquier otra crisis por venir, cuando ya se habla de «desgobernanza mundial» o «criminalidad sistémica». Y, si han visto el documental «The social dilemma» en Netflix, las Redes Sociales no nos ayudarán a mantener la cordura.
Seguimos de confinamiento en confinamiento. Desde el sábado Madrid y otros municipios, que no fueron los primeros ni serán los últimos. ¿Se investigan las acciones y responsabilidades de esto? No por culpabilizar; se trata de estudiar, conocer y, a partir de ahí, proponer soluciones. Después de tantos meses, las soluciones no llegan. Ni en lo nacional: ERTEs, funcionamiento de la Seguridad Social, etc. Ni en lo local: el ayuntamiento de Madrid todavía no ha conseguido que su aplicación móvil para el uso de espacios deportivos, entre otros servicios, funcione. Hay adolescentes maestros, creadores de estas aplicaciones. Madrid, España, sigue sin mirar al futuro.
Volviendo al área de «Cultura», por las convocatorias recibidas hasta ahora lo que queda de 2020 se presenta enlatado, oficialista y, en general, más dedicada a la propia promoción que a las obras en sí o a su difusión. Después de tantos años desperdiciados, la Cultura es cada vez más el gran adorno y la gran mentira. Si hubiéramos tenido cultura suficiente habríamos cuestionado no solo lo estrictamente cultural, sino también nuestro sistema político, económico, social y laboral; podríamos habernos situado mejor para lo pasado y lo que nos espera.
Quizá para 2021 surja algún movimiento cultural en sentido amplio, que aúne lo colectivo y lo individual, lo político y lo social. Pero si tenemos que recuperar tantos años perdidos quizá necesitemos más tiempo, o nunca lo consigamos.
En El Planeta de los Libros hemos decidido, Adrián y yo, que si hay un mínimo de esperanza quizá volvamos a emitir entrevistas en Octubre de 2021, quizás. Seguiremos activos en este blog y en las redes, y nuestra web permanecerá abierta. También mantenemos nuestros correos electrónicos, el más conocido participacion@elplanetadeloslibros.com para que nos envíen opiniones, escritos, libros. Sí, también libros, a partir de ahora solo en formato digital; la situación del país puede hacer que nos exiliemos (no sería la primera vez) por cuestiones laborales. Lo que tampoco se notaría mucho, habida cuenta de los cientos de miles que lo han hecho los últimos años.
Cuídense, y cuiden lo que nos queda de cultura y sociedad.
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