La conversación y la cultura

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Nos encontramos sometidas a múltiples estímulos. Desde la televisión, pasando por la publicidad hasta las nuevas tecnologías y los teléfonos inteligentes. Nos sometemos a estos manteniendo la cabeza agachada constantemente, más pendientes de las posibles notificaciones de mensajes que nos lleguen que de prestar atención a las personas con la que estamos compartiendo nuestro tiempo en ese momento o a las actividades que estamos realizando.

Es posible, incluso, que no continues leyendo este artículo. Y una de las causas más probables (aparte de que pueda que no te interese), teniendo en cuenta cómo nos relacionamos con el mundo, es que no puedas querido lector, querida lectora, quizás, dejar pasar más tiempo sin mirar el móvil, sobre todo, si has recibido algún mensaje.

Intento reflexionar sobre la alienación tecnológica que vivimos. Ni siquiera tenemos tiempo de hablar con nosotras mismas: de encontrarnos, de crecer, de reinventarnos, de compartir lo mejor de nosotras, de aprender de lo mejor de los otros. En definitiva, estamos perdiendo la posibilidad de conocer la visión del mundo que tienen otras personas y quizás, lo más importante, la oportunidad de interactuar y de establecer un vínculo más profundo y enriquecedor con ellas, es decir, estamos olvidando el arte de conversar.

La conversación, según expone Theodore Zeldin en su libro Conversaciones: cómo el diálogo puede transformar tu vida, sería aquel diálogo que al terminar hace que las personas sean un poco diferentes a como eran antes de empezar la conversación. Ésta no se entiende como el simple hecho de intercambio de información. No vale la mera anécdota, ni ideas sueltas, éstas tienen más que encontrarse, tienen que abrazarse, provocar, producir un cosquilleo…«significa que la conversación necesita pausas y los pensamientos, tiempos para hacer el amor».

V0039096 A group of women sit around a table talking and drinking tea

Así, conversar se diferencia de charlar o hablar en que la conversación implica que las personas «se transforman, se remodelan, extraen de ella implicaciones diferentes y emprenden nuevas sendas del pensamiento».

En el mundo cultural se hace cada vez más necesario fomentar las conversaciones inteligentes, que generen pensamiento, reflexión y cambio. Sería conveniente, por ejemplo, ir más allá de la supuesta intelectualidad de los tertulianos de la televisión o de los gurús de la cultura (escritores superventas, mega librerías, editoriales y empresas en busca del negocio y del dinero) que parecen haberse convertido en un referente de inteligencia, cultura y conversación, algo que dista mucho de ser cierto. ¿En qué lugares se debate seriamente sobre cultura, literatura, música, arte, etc.? ¿Existen espacios abiertos, diversos para este tipo de conversaciones?

Hace unos meses, Nieves Martín, directora de El Planeta de los Libros y Jesús Espino del grupo editorial Akal tras la entrevista en uno de los programas sobre edición crítica independiente, conversaban sobre la importancia de crear sinergias literarias con el objetivo de generar una cultura comprometida, valiente y atrevida que cambie la manera de ver y enfrentarse al mundo.

Desde mi punto de vista, estas sinergias o redes literarias entre diferentes agentes (escritores/as, editoriales, crítica literaria, medios de comunicación culturales…) pasan por tener conversaciones más inteligentes, interés por aprender, por ser tolerante, tener la mente abierta, por escuchar activamente otras posturas sin querer interrumpir y pretender ser protagonistas todo el tiempo. También es indispensable aumentar nuestro nivel cultural, que en este país se encuentra bajo mínimos por diversos factores, como el escaso apoyo y la poca valoración que se da a la educación y a la cultura como medio para convertirnos en personas más libres y con capacidad de crear pensamientos propios.

Las conversaciones se convierten, por tanto, en una potencial experiencia de aprendizaje; podemos llegar a cambiar aquello que no nos gusta del mundo en que vivimos, cambiar nuestra forma de entender el trabajo, la tecnología o el amor, generar igualdad, justicia, comprensión hacia lo diferente y sentirnos realmente unidos a otras personas.

¿Faltan conversaciones inteligentes en este país? ¿Qué opináis? Reflexionemos sobre ello porque pensar de forma diferente, requiere hablar de forma diferente.

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9 respuestas to “La conversación y la cultura”

  1. jesus Says:

    Mal andamos hoy día con este tipo de conversaciones inteligentes que hacen cambiar y crecer. Ha cambiado la escala de tiempo y lo digital imprime un ritmo de intercambios que no permiten esa profundidad de interrelación. Demasiada información de baja calidad que gasta nuestro tiempo eliminando basura. Habría que prohibir los smartphones y las redes sociales, jaja.

    • Nieves Martín Díaz_El Planeta de los Libros Says:

      Jaja, Jesús, buena ironía, aunque me temo que sirve más como excusa a la falta de debate que limitación real; cualquier forma de comunicarnos, o un primer contacto, siempre es bienvenido; ya se buscarán luego formas de profundizar, si se desea. Noelia y yo nos conocimos gracias a las redes sociales. Llevándolo a otros espacios supuestamente más profundos como los libros, el cine o el teatro, ¿no han ido superficializándose? O más bien el uso que la sociedad hace de ellos. No hablemos de la Radio o la Televisión, que hace tiempo perdieron su papel de Servicio Público (amparados en la Ley General Audiovisua) y, como la mayoría de los medios de comunicación, cayeron en el puro mercantilismo, a veces salvaje. En este sentido, las redes pueden y empiezan a ser elementos imprescindibles de una guerra de guerrillas frente a la decadencia y convencionalismo de los medios tradicionales. ¿O no aburren más ciertos Medios de Comunicación de Masas que la comunicación que uno decide y ejerce en las Redes? Claro, que hay mucho todavía por hacer 🙂

  2. jesus Says:

    Mucho, mucho por hacer, quizás ir cambiando las plataformas de comunicación actuales, que lo mismo que el cine y la tele ya acusan fatiga y banalización. Basta asomarse a FB para no ver más que videos tontos, graciosillos, como mejor contenido, y eso para no hablar del autobombo y peloteo mutuo de los escritores, que es un auténtico cáncer. Los blogs están decayendo y no hay demasiada participación; veremos lo que duran. Hecho de menos, será por la edad, los antiguos foros literarios, en los que si había participación y relación de calidad; pero también se vinieron abajo. Las nuevas tecnologías imponen su mercado haciendo cambiar los usos de la gente sin necesidad: igual, o casi, servía el email que el watsapp, las páginas web que los blogs, los foros que el facebook. Por supuesto que las nuevas plataformas añaden algunas prestaciones nuevas, pero lo básico, lo importante para la comunicación, estaba dado. Vamos, algo así como el palito del selfi frente a pedirle a alguien que te haga una foto de grupo: facilita algo las cosas pero te incomunica más. Las redes sociales incomunican a pesar de parecer más sociales, que lo son, pero sociales superficialmente, Dificultan las relaciones personales directas, reales, y crean una adicción tonta.
    Por supuesto que pueden utilzarse como un arma de guerrilla, como dices, pero me parece el uso actual que se hace en ese sentido es político (poder de convocatoria, guerra mediatica islamista, etc). No sé si en el terreno literario son o pueden ser efectivas.
    Bueno, creo que me he pasado un pelín, pero me lo pedía el cuerpo, ja.

    Saludos,
    Jesús

    • Nieves Martín Díaz_El Planeta de los Libros Says:

      por mi parte no te has pasado ni un pelín pero claro quizá sería bueno montar un pequeño club literario en persona, para ciertos temas, además no costaría mucho convocarlo ¿verdad?, también podría ser un pequeño encuentro, anual o con otra periodicidad, que siguiera el debate, personalmente no encuentro muchos foros de este tipo, están muy especializados o endogámicos o las dos cosas a la vez 😉

  3. Noelia Álvarez Says:

    Me queda poco que añadir a vuestros comentarios, con los que estoy de acuerdo.
    Las redes sociales generan una falsa sensación de comunicación y lazos con otras personas, como comenta Jesús, y creo que, realmente lo que logran es que las personas nos sintamos más solas y más dependientes.
    Sí, me parecen una buena forma de iniciar contactos pero, desde mi punto de vista, sería necesario después un contacto presencial, donde las personas relamente pueden conversar y establecer relaciones más sinceras y cercanas.

  4. jesus Says:

    Sí que sería interesante formar un pequeño club literario en torno a una temática, lo que pasa que para que se decante la gente quizás haga falta crear primero un foro virtual donde se vayan apuntando y enganchando. No sé si la estructura del blog se presta demasiado a esto, pero se podía empezar debatiendo aquí unos pocos sobre algún tema y metiendole caña hasta que su desarrollo llame la atención de la gente y vayan entrando a debatir…

  5. Nieves Martín Díaz_El Planeta de los Libros Says:

    Jesús. Gracias por la inspiración. A veces las ideas están en la cabeza y necesitan un par de buenas coincidencias para empezar a armarse.

  6. Nita Sáenz Higueras Says:

    Hola, yo lo que estoy buscando es ese sitio en el que conversar cada día un poco sobre casi todo o cualquier cosa que nos haya pasado y merezca reflexionar sobre ella, poder hacer la reflexión y leer otras que no se dediquen a intentar dogmatizar ni convencerme, simplemente expresar.

  7. Conversaciones feministas – Libros y feminismo Says:

    […] es la primera vez que escribo sobre el arte de conversar, (aunque desde un punto de vista algo diferente) que parece una tontería pero es un arte, difícil […]

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