Todo empieza en los recuerdos.
Siempre tendré recuerdos, por supuesto que inventados, de mis grandes expediciones. El más vivido, creo que por ser el que más he soñado en mi vida, es el de encontrarme un día de frío y duro invierno en el Mediterráneo. El otro día pregunté a una gran amiga, que espero que nunca sospeche de mis travesuras mentales, como era el color del mar en invierno. Me sacó de dudas de forma práctica y poco samaritana. Como el color del cielo.
Siempre me he visto poniéndome unos patines de hielo, y surcando los mares entre orcas, tomando pinchos de bacalao, y alcatraces jugando a tirarme. Pero siempre será algo onírico. Soy la cosa mas patosa del mundo encima de unos patines. Pero un gran iluso, vividor de sueños.
Pero cuando leí el libro Ácido sulfúrico, me quedé patidifuso.
Era mi primer acercamiento a Amelie Nothomb. Siempre recomendada, nunca leída. Me pareció un libro extremadamente fácil de leer. De los que enganchan sin quererlo.
“Llegó el momento en el que el sufrimiento de otros no les bastó: necesitaron del espectáculo”.
Imaginemos que cualquier cadena decide emitir un programa de los realities shows. Todas. Pero ya no con gente que se tira por cascadas, ni siquiera con gente viviendo sus miserias en una casa. Eso se queda corto.
Imaginemos que montamos un campo de concentración. De verdad. Que raptamos unos cientos de personas, y los metemos a sobrevivir allí. No son actores. Que ponemos unas reglas absurdas, no sé, tipo los campos de concentración que se han vivido aquí, en toda Europa, para exterminar a la gente allí internada. Por sus ideas, por su color, por su credo. Pero esta vez sin ton ni son. Aunque esto termina siendo como el chiste del judío y del peluquero. Absurdo, hiriente y sobra. Imaginemos ¿que ocurriría?
Muy en la linea de la película belga C´est arrivé prés de chez vous (Ocurrió cerca de su casa) de Rémy Belvaux, André Bonzel et Benoît Poelvoorde o De Asesinos natos de Oliver Stones, que a su manera denuncian a que podemos llegar a la hora de vender lo que se llama espectáculo.
Amelie Nothomb, dicen que tal vez no sea su mejor libro, trata el tema con sobriedad, un toque de humor negro, y sinceridad absoluta. De tal manera que termina dándote asco la sociedad que es capaz de eso. De tolerar eso. De jugar a eso. Porque la gente, lo índices de audiencia se disparan. Porque los momentos estelares, a quien eliminamos, a quien matamos, se salen de las audiencias.
Y cuanto mas gente lo denuncia, mas gente lo ve y participa de esto.
Pan y circo decían los Romanos.
¿Hasta donde esta dispuesto el poder mediático a llegar por vender? Por ganar dinero.
Hasta que punto miramos a otro lado, cuando compramos cosas que sabemos que provienen de trabajo semi esclavo, o de trabajo infantil. Pero justificamos con sonrisa al deportista, famoso o quien sea que gana millones en esa publicidad.
Hasta que punto una publicidad escabrosa, pienso en una marca de ropa, ayuda lo que dice denunciar, o solo se apoya en ello.
Hasta que punto algo medianamente malo, es bueno por no ser asqueroso.
En cierta manera nos quiere hacer partícipes de esa crueldad absoluta, artificial e infame.
Y en cierta manera, o directamente, nos acusa. A los que participan de ello. A los que se forran de ello. A los que miran para otro lado. A los que prefieren soñar en vez de saber lo que les rodea. A los que se dicen anestesiados.
Lo siento, tardaré en volver a ensoñarme, una temporada, en esos campos pardos como tus ojos….
enero 25, 2011 a las 19:25 |
Menudo estreno, Miguel. Gracias
enero 26, 2011 a las 0:48 |
No words.
Simplemente genial. Me leeré el libro.
enero 26, 2011 a las 4:42 |
Congratulations. Fantástica entrada. La copio completa, con referencia de tu nombre para mi archivo de reflexiones. Podría suscribir, una por una, tus palabras. Por cierto añade a las películas «El show de Truman»…es una interesante percepción del espectáculo general. Volviendo a tu escrito, Miguel, desde la primera a la última línea no tiene desperdicio. Este blog va teniendo un nivel alto…y especial, Nieves. Lo estás consiguiendo.
enero 26, 2011 a las 11:06 |
Es un blog colectivo. La idea es que todos escribamos, que la creatividad no sea de unos pocos. Que podamos leer escritos diferentes, independientes y de calidad. La crítica literaria en España cada vez se repite más a sí misma, cuando no sigue intereses.
Aquí sencillamente hay una apuesta en común ¿Un lugar en el que crear y pensar? Ojalá, para mí está siendo ya una necesidad
enero 26, 2011 a las 7:43 |
Un perfecto ejemplo de como la critica literaria, es, o debe ser, como la consideran en Francia, un género literario por si solo….Precioso texto.
enero 26, 2011 a las 9:56 |
Un millon de gracias. Me ruborizo.
enero 26, 2011 a las 11:16 |
Evidente…se que la apuesta es colectiva…pero tú la has impulsado mucho, Nieves. Es un buen nombre, magnífico nombre…y si las cosas siguen por donde van, yo creo que conseguiremos que El Planeta de los Libros sea un lugar de crítica y creación respetado y apreciado. Yo, por mi parte, que he hecho crítica algunos años, tanto literaria como de cine, he dejado, por ahora, el papel ( o mejor dicho, doy preferencia a la red) y este me parece un magnífico lugar para pensar escribiendo..y escribir pensando. I like it.
(Y no te olvides, también, de la conexión futura con Netwriters)
enero 26, 2011 a las 11:23 |
( Estoy deseando que llegue el día de la inauguración :))