Murallas de Cádiz
Las viejas murallas se adormecen
alineadas como mástiles de un barco sin timón.
Tras el muro un jardín azul de salitre
donde las olas, de cristal desatado, se mecen
arrastrando una impalpable y misteriosa bruma
que sube en ondas hacia el cielo
y con su envolvente espuma lo uncen.
Recién lavado el rostro de piedra
por un agua que palpa la fría desnudez
de un tiempo de esplendor pasado,
dejando tras de sí una estela cristalizada
y anhidra.
Y tantos años después helas aquí
como la vida…
anhelando las rutas infinitamente azules
que las fugitivas espumas hienden
sobre el lampo tajamar de un buque…
Oh, miradlas
recias como la estirpe de sus gentes,
fraguadas como una misma patria
que aún sangra viejas heridas y derrotas.
¡ Tan vividas!
que , aún, rielan bajo astros imposibles
y voces apagadas de enamorados escarceos.
Paqui Solana
Etiquetas: Poesía
enero 19, 2011 a las 12:31 |
Me alegra que compartas algo propio, Paqui, y tan bello.
enero 22, 2011 a las 12:44 |
Hermosa pintura… Gracias
enero 22, 2011 a las 16:22 |
Gracias a tí, Delia, un comentario de poeta a poeta. A ver cuando nos dejas alguna tuya 🙂